Busquemos los minutos que nos hacen vivir en las noches que consideramos eternas. Aspiremos desde la verdad. El mejor mensaje es éste: "No queremos la eterna complicación".
Nos adelantamos. No debe haber despistes. Nos insistimos con voluntades que nos previenen y propician las determinaciones que son.
Nos hemos de ganar. Los porcentajes nos unifican con criterios que aplican lo más hermoso. Hemos de obtener densas caricias. Aprendamos cada jornada.
Como premisa, nos propiciamos grandes certezas que compartimos. No nos perderemos. Hay respuestas. Nos pediremos cuestiones que regalarán intereses.
De nuevo, nos haremos caso. No hay montañas que no podamos superar. Las historias van sucediéndose. Nos debemos al bien máximo. Será.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Vives en el Olimpo
de las diosas,
entre fantasías
que son reales
para quienes creemos
en el amor.
Haces todo lo posible:
lo consigues
con naturalidad.
Continuas
con reflejos
que aminoran
las distancias que antes fueron
las opciones decisivas.
Ya son la estructura misma.
Has sido, eres,
ese portento que dignifica
cuanto tuvo sentido
en un universo de creencias
en lo auténtico,
en la propia verdad,
que nos lleva
con mitades que completamos.
Has subido
a la cámara de la misión perfecta
por cuanto ocurrió de bueno.
El amor se ha incrementado.
Nos hemos adecuado
a los niveles de antaño,
y parece como si hubiera pasado
el tiempo del deseo,
pero no, ahí se mantiene.
Eres una diosa:
me haces sentir tan mortal
como dichoso,
y con un destino sumamente prometedor.
¿Estamos de acuerdo?
Juan T.
Cuéntame.
...
Nos presentimos.
...
Todo se corrige.
...
Hablamos de honor.
...
Nos queremos mucho.
...
Todo va siendo.
...
Nos vamos deprisa.
...
Nos alentamos.
...
Hemos descubierto lo básico.
...
Prestamos emociones.
Juan T.
Prestamos todo.
...
Nos alzamos.
...
Nos hemos de decidir.
...
Hemos considerado la emoción.
...
Nos buscamos.
...
Nos hacemos caso.
...
Lo imposible hoy es posible.
...
Hallamos.
...
Nos declaramos.
Juan T.
Todo va a ser.
...
Aguardo.
...
Nos damos valentías.
...
Nos amamos.
...
Hemos resistido.
...
Nos convenimos.
...
Nos alegramos.
...
El esfuerzo nos lleva a lo mejor.
...
Nos declaramos en libertad.
...
Nos reportamos coraje.
Juan T.
Tomamos claridades.
...
Eres un sí.
...
Nos alabamos.
...
Hemos requerido lo deseable.
...
Nos influenciamos.
...
Prestamos apoyo.
...
Nos diremos que es posible.
...
Llamemos.
...
Nos recordamos.
Juan T.
Consumamos sin disimulo la versión original de la vida, y saquemos el máximo dividendo a lo que hagamos por doquier.
Nos hemos de proponer mejorías con transformaciones para dar con la calma que nos merece. Hemos de ser en la ternura y en la ausencia, que todo han de brindar.
Concluyamos las tareas que afrontemos. No dejemos para mañana cuanto podamos realizar en el día de hoy. Nos debemos preferir con intenciones diáfanas.
No difuminemos los procesos que nos envuelven con juntas de algodón. Hagamos que todo funcione como debe.
Los objetivos han de ser claros, construidos desde la realidad que nos previene y nos oferta cuanto pudo ser en la voluntad de un título que hemos de dotar de valor. Claro que es posible.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Convirtamos
la vida en esencia
con la que endulzar
cada día, cada segundo.
Sepamos la gloria
que nos estremece
con cargas que nos llevan
donde la consideración
es estímulo,
o recuerdo, o verdad,
o todo lo contrario.
Estrechemos los lazos
de la amistad
con la que creceremos
ante un uniforme
de gloria y de bendición,
que nos atrae,
que nos prefiere,
que nos deja donde toca.
Demos con las intenciones
que nos ubican
donde la querencia tiene
parte de su sentido,
y puede que algo más.
Hablemos de sentimientos de estima,
y pidamos todo lo necesario
para que se multipliquen.
El milagro se repite.
Juan T.
Somos con total destreza.
...
Pidamos en la plática total.
...
Nos hemos dado pensamientos renovados.
...
Nos hemos de conocer.
...
Nos describimos.
...
Solicitamos tiempo.
...
Miramos el mar.
...
Nos conformamos.
...
Hemos hallado motivos.
...
La suerte nos acompaña.
Juan T.
Cada cual "enruta" la vida hacia donde Dios le administra, o el Destino, o quienes le rodean, o él mismo, o mediante una conjunción de todo o de nada. Sea como fuere, somos dueños de nuestros actos, que obviamente se entienden en un contexto y en unas circunstancias determinadas y determinantes.
Entre las opciones vitales se halla la de buscar la medida entre el hablar y el hacer, entre el sentir y lo racional, entre los excesos y quedarnos cortos. Es lógico que haya un poco de todo, incluyendo situaciones extremas, pero por lo que hemos de apostar, indudablemente, es por una línea regular y por un trasiego lo más feliz posible para nosotros y para todos, sin exclusivismos.
Hemos de intentar que en toda ocasión los sentimientos definan lo que los expertos llaman el "ajuste fino". Ante cualquier vacilación, como diría El Principito, busquemos los caminos que sólo conoce el corazón. Nos descubrirá incluso "objetividades" que creíamos olvidadas.
Aute y, antes que él, Quevedo nos recordaron que somos "polvo enamorado". El sentimiento bien llevado es la muestra de nuestro amor. Sin él somos vacío. Como se lee en Las Sandalias del Pescador, de nada nos sirve hablar todas las lenguas del mundo si no tenemos caridad, si no amamos al prójimo como a nosotros mismos, esto es, a la par. Ningún compromiso individual existe sin la mirada colectiva.
Todo es fruto del amor, de sentir en positivo, de considerarnos desde esa perspectiva, que amansa y mejora nuestro estado personal y nuestras relaciones y comunicaciones internas y externas. Por lo tanto, en el comienzo de un nuevo día reiteremos nuestro compromiso con saber y propiciar ese sentir que nos demostrará, porque así será, que estamos vivos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No hay pronósticos. Todo irá como debe.
...
Meditemos con jugadas perfectas.
...
Los cuadros han de ser.
...
Nos hemos de preferir.
...
Todo surte increíbles efectos.
...
Ya te doy todo.
...
Nos hemos de pasar lo más hermoso.
...
Nos dirigimos.
...
Buscamos fenomenologías.
Juan T.
Podemos vivir de la mejor memoria, la que nos hace compartir las apariencias convertidas en realidad. Nos hemos de atender con "distingos".
Prefiramos entre consentidas caricias que nos deben dar la parte más proporcional, la que nos admite y permite dar con los "trasiegos" más queridos. Supongamos y expongamos.
Los ideales han de traer los mejores compromisos, que han de liderar las posturas y las plantaciones en busca de las más fructíferas cosechas.
Posibilitemos el mundo con más universos, con todos los posibles; y solicitemos las respuestas que nos darán el suficiente empuje.
Miremos el lado amable, el positivo, el que nos permite seguir con honorabilidad. Hemos de intentar lo más destacado con intenciones cuajadas de buenos sueños.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Representas
lo mejor de mí,
y por eso me enamoro
de cada día que me participas:
soy tuyo
con honores y glorias
compartidas, únicas,
en la realidad de una coyuntura
colmada de voluntades.
Has consolidado
lo más lindo, lo hermoso,
lo que nos viene
con una representación casi perfecta.
El cariño todo lo oferta.
Nos iremos consumando
en las caricias
que nos dictarán
lo que podrá quedar
en la memoria:
puede que sea mucho más.
Hemos averiguado
los confines
de una disertación que despierta
cuanto fuimos
y algunos otros porqués.
Representas
todo lo bueno,
lo que es óptimo para mí
por tu hermosura confeccionada
desde dimensiones
estimulantes, que ilusionan.
El día comienza.
¡Vamos por él!
Juan T.
Soy por ti, y nos comprobamos.
...
Nos pasa de todo.
...
Cultivamos.
...
Ya nos veremos en otro logro.
...
Nos ocasionamos.
...
Nos subimos al escenario de la vida, y somos en la noche misma.
...
Nos entusiasmamos con recuerdos que están donde deben.
...
Progresamos.
...
Nos perfeccionamos.
...
Hemos tomado el mejor camino.
...
Nos dejamos ir.
...
Nos iremos donde sea.
...
Nos consideramos.
...
Hemos abierto causas que son.
...
Contamos con el mejor plan.
Juan T.
Cooperemos con el control mismo, con colaboraciones que nos han de atraer para dar con los conceptos más cumplidos.
Hemos de declarar el amor como base que fomenta la mejor altura. Nos hemos de propiciar sin exigencias. Cargaremos con los cumplimientos más distinguidos.
Hemos diseñado la ilusión con un placer aplicado. Siempre nos hemos declarado con recuerdos que andan en pos de las caricias con las que incrementamos los pensamientos más hermosos. Seguiremos.
No luchemos contra el futuro. Seamos sus aliados. Hemos de poder en las noches que nos trasladan a los sueños que convertiremos, juntos, en una situación estructural.
Debemos abrir las cajas de las mejores propuestas con ideales que nos han de permitir cosechar las gracias más sensacionales. El día es amor, todo nuestro, compartido, pero nuestro.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Gestionemos el amor
para que no falte,
para que tenga calidad,
para que ilumine el día,
para justificarnos
con las mejores explicaciones,
que nos darán un toque mágico.
Amasemos las emociones
con unos datos y premisas
que nos han de colocar
donde las caricias
adquieren sentido
con idealismos consentidos,
creados para amar
y ser amados.
Todo lo que hemos hecho
tiene sus criterios de cariño,
que nos rozarán
para convertirnos
en lo óptimo, en cuanto es señero,
desde ilusiones
que extenderemos para recrearnos
en todo aquello que adquiere dimensión
y gusto, realeza incluso.
El día es para amar.
Juan T.
Ama
por encima de deseos nimios,
vacíos, superando las apariencias,
e intenta ser feliz
haciendo dichosos a los demás.
Estima
lo que tiene sentido,
lo que no, lo que es intangible,
las superficies y las materias
de todo género
que nos indican
los motivos reales
con los que andamos en la jovialidad,
que todo lo ampara y defiende.
¡Es una suerte!
Sé tú mismo,
la primera vez y la última,
otorgando beneficios orgullosos
de formar parte de la Humanidad,
que nos consiente y anhela.
Nos conservamos estupendamente,
y somos sin vacilaciones.
Gracias al amor
estrechamos el cerco a lo negativo
y nos hacemos más cariñosos,
más personas.
Fomentemos la bondad:
los resultados están garantizados.
Juan T.
Hemos de agudizar el ingenio con las palabras que nos defienden con impresiones que son y serán con consejos de superación absoluta.
Nos debemos a esos universos que plantean intereses compartidos, con los que hemos de viajar hasta el inicio del mismo mundo en el que somos diestros.
No hemos de separarnos de los enlaces de la memoria que divisa las palabras con las que nos aclaramos en millones de casos que son etapas para aparecer entre luces que nos caracterizan desde las vías que hemos de utilizar.
Las emociones nos deben llevar por los consejos más hermosos, que han de ser en la vida eterna. Nos daremos entre consultas transparentes.
Las clases que nos permiten aprender nos han de llevar por las sendas de las mansas caricias con las que cabalgamos de un lugar a otro.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos decimos
que nos amamos
y lo demostramos cada amanecer.
Hemos de llamarnos
con un silbido
de pronósticos queridos,
llegados desde el deseo
que multiplicamos
hasta decirnos
que hemos de parar
con garantías de felicidad,
que cultivaremos
iniciando el trecho del placer.
Nos afirmamos
en la realidad que nos aclara
lo que podremos ser
en esa noche que nos caracteriza
con documentos únicos.
Se nos oye.
Somos en la entrega excepcional,
en la jornada completa,
a todas sus horas,
con recargas y avances
para ser diestros.
La calidad y los anhelos
aguardan de nuevo, y nos dan
lo que necesitamos.
Juan T.
Nos asombramos ante todo lo que aparece con una regla que se dividirá en dos ante el mundo más triunfante. Nos hemos de comunicar deseos.
Nos haremos caso en la vida. Nos presentiremos con normas que se van. Son en el gusto máximo. Nos acariciamos.
Nos escuchamos. Las pláticas nos ofrecen atenciones que nos destacan las aficiones con las que incrementamos las tareas que consideramos básicas.
Hemos planificado los quehaceres que nos inculcan cuanto fue. Nos declaramos en la voluntad de aparecer y de estar con diversiones que nos subrayan lo más hermoso.
Hemos llamado a la vida, y somos en la destacada caricia que nos propone experimentar en positivo. Nos cobijamos. Estamos bien.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Regalamos vida
con sueños,
con verdades, con sumas amatorias,
con rescates sustanciales,
con besos sugerentes.
Hemos de añadir espacios
de consideraciones claras.
Nos hacemos caso
desde la emoción más singular.
Hemos preferido estar
con recuerdos que amansan
gracias al cariño.
Nos hacemos frente
con recuerdos singulares.
Nos hemos de subrayar
con claridades emotivas,
que nos han de brindar ilusión
y mucha alegría,
que no debe faltar.
Nos justificaremos en ese arreglo
que haremos permanente
con unas voluntades
de futuro desde el presente
más fructífero.
Regalamos vida,
y vida tenemos, mucha, toda.
Juan T.
Percibo todo en mí mientras fomentamos la comunicación que nos lleva sin garantías hasta el mismo comienzo de la vida, que nos adelanta en ocasiones, pero que ya concebimos en paralelo.
Me deseas
con todo tu ser.
Lo percibo,
y trato de corresponderte
entre las distancias
generadas por la historia.
A la conclusión de la noche
todo comenzará de nuevo,
y ahí estaremos los dos,
tú y yo frente al destino
que habremos labrado
de manera conjunta.
Me anhelas sin recelos,
aunque sí con silencios,
que ya entiendo;
y sigo por esos escalones
que saben a querencia ideal.
Hemos llegado
a un punto que nos impele
a recomenzar, a conquistar
lo que tiene interés
e incluso aquello que no.
Me deseas:
conoces que yo ansío más que tú
que venga la noche
para soñarte.
La esperanza se ha ido
en demasiadas ocasiones.
Pronto, confío, se quedará,
y tú con ella, claro.
Juan T.
Viaja.
...
Nos introducimos en la emoción.
...
Vamos a sentirnos un poco más.
...
Nos declaramos en el punto.
...
Supongamos.
...
Nos damos las llanuras máximas.
...
Devolvamos los tesoros.
...
Nos regalamos vida.
...
Nos hemos supuesto.
...
Todo va siendo.
...
La alegría surge.
Juan T.
Procuremos vivir en paz, compartiendo cuanto somos, en la distancia y en la cercanía, adelantando los pasos para que se entiendan, siendo nosotros mismos, viviendo.
La realidad nos debe llevar por los caminos más sensatos, por la serenidad, por los elementos que consideramos básicos, con conceptos no vencidos.
Supongamos y expongamos lo mejor de lo mejor con un trato de pacientes querencias. Las existencias se han de completar.
Todo lo tenemos por delante, y todo ha de ser en la misma noche que nos acompaña. Nos pondremos en marcha en cuanto pueda ser. Seguro.
Establezcamos las ocasiones para que los avances sean sustanciales. Hemos de pensarnos con alegría. No debe faltar tampoco el punto de justicia en nuestras vidas. El día, y así hemos de verlo, pinta bien. ¡Vamos por él!
Juan TOMÁS FRUTOS.
Demos
con las raíces
del deseo y de las sugerencias
para hacer un día mejor.
El amor todo lo puede.
Presentemos los respetos
ante el nuevo amanecer
que nos trae el amor.
Proporcionemos las gracias
de una eternidad
que nos procurará la certeza
de acercarnos donde queremos
para aprender y compartir.
Nos auspiciamos
y fermentamos en positivo
desde la consideración de una querencia
que nos hace únicos
ejemplares en la sociedad, saludables,
Busquemos, por favor, en el interior
y presentemos las mejores miradas.
Todo está dispuesto,
si queremos amar,
que así lo haremos, ahora, siempre,
con sencillez.
Hemos dado con lo admirado,
con lo soñado,
con lo perseguido y necesitado.
Lo haremos posible.
Juan T.
Planificamos.
...
Nos expresamos muy bien.
...
Nos custodiamos.
...
Hemos de asegurar todo.
...
Los pronósticos son para mejorías personales y colectivas.
...
Los órdenes son puras transparencias.
...
Nos declaramos ocurrentes.
...
Nos entusiasmamos mucho.
Juan T.
Hemos de ayudar con reformas claras. Nos hemos de dar todo. Nos propondremos desayunos diáfanos con apuestas firmes.
Sepamos las razones. Podemos opinar con variables. Es aconsejable. Generemos ansias de libertad. Nos hemos de comprometer. Dispongamos.
Debemos aplaudir los deseos con resistencias que nos han de presentar los elevados cariños con los que nos comunicamos cada día.
Serenemos todo cuanto tiene algo más de sentido. Reparemos los entuertos. Nos hemos de poner donde toca.
Defendamos la diversión con unos anticipos de iluminaciones variadas. Nos hemos de disponer con contrastes reales.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Procura ser tú misma con buenos consejos, aminorando las paciencias y acelerando el paso con una evolutiva caricia hacia la cima que sabe a gloria.
Nos hemos de pensar con intervenciones reales, alentando las salidas que existen ante el bien del cariño que hemos de proteger.
Declaremos ese punto de amistad que nos debe envolver con la gracia de una suave factura con la que adelantaremos el paso que nos convidará a movernos con garbo.
Todo cuanto tuvo algo de sentido ha de volver por los caminos de la fe en nosotros mismos. Nos debemos consultar una y otra vez.
Atraigamos a cuantos vienen con las raíces más profundas, con la densidad de un efecto que no ha de quedar atrás. Podemos progresar desde intenciones comunicativas que deben ser honestas y fructíferas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Vamos otra vez,
Juan T.
Dibuja el mejor plan,
y cólocame como protagonista.
Poco a poco me iré ganando
el papel estelar.
No te defraudaré:
estaré a tu lado, empatizaré,
regaré las plantas
y no dejaré que el olvido
o la rutina nos canse.
Es un compromiso,
un pacto, un anhelo, una necesidad,
un aire de renovación.
Si me preguntan el porqué
diré que hay amor, y mucho:
tú ya lo sabes,
y por eso conoces el camino
y constatas que no podemos fracasar.
De hacerlo no habrá peor penitencia
que el haber perdido lo más valioso,
después de haber tenido la fortuna
de hallarlo por esa casualidad
que decimos que no existe.
Así, pues, pon orden y diseña ese porvenir
que compartiremos
como una especie de milagro
que haremos cotidiano.
Como te digo, es una necesidad:
me muevo más allá de la esperanza.
Anda, dibuja ya ese plan,
que la vida no debe esperar.
Juan T.
Dispongamos de todo el amor posible con unas reglas que han de ser de oro y con unas normas que nos coloquen donde el sentido de las cosas nos permite aplaudirnos.
Construyamos la realidad que es un anhelo cumplido con formas de constitución fuerte. Nos nombraremos.
Los conceptos han de ser claros. Nos ubicaremos en el lugar correspondiente con unas vertientes que han de darnos un poco más.
La vida es un cúmulo de circunstancias que hemos de convertir en buenas. Podemos hacerlo, y debemos.
Las costumbres han de ser en positivo, para el bien común. Los colectivos crecen desde la concordia y la consideración de todos. No compliquemos más de la cuenta.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Recetas el deseo
y lo cumplimentamos
de la mejor manera,
dándonos la ocasión
de ser y de amar
en el presente-futuro
que andamos construyendo.
Me formulas una petición
que se contesta sola.
No podemos fallarnos.
Hemos sido entre destrezas
que nos previenen
con gustos queridos,
únicos, excepcionales, repetidos,
relucientes, colmados de paciencias
que nos entregan
a la felicidad que tanto precisamos.
Comprobemos
con suaves caricias el día
que nos ha de renovar,
y busquemos las auténticas sensaciones
en hogares hermosos,
que han de brillar por nosotros,
de verdad, de nuevo.
Todo puede ser sencillo
si hay amor por medio,
si nos queremos entender,
si damos con los pasatiempos naturales,
si demostramos ser personas
en valores, defendiéndonos
en cada hueco como única justificación.
Recetas el deseo,
y lo consumo.
Juan T.
Reflejo qué es posible en esta etapa que nos propone continuidad entre fines básicos que nos recuerdan lo que hubo. Hemos estado en esa mañana que nos distingue con preferencias que fueron.
Nos toca la vida con más certezas. Estamos en ese margen que es esfuerzo y empeño para mejorar. Nos rememoramos.
Hemos abierto todas las heridas para sanar. Nos hemos tocado con reflejos callados que son. Hemos difundido aquello en lo que creemos.
Presentamos las garantías con los elementos que nos hacen cercanos. Hemos podido. Nos conformamos en ese porvenir común.
Presentemos nuestros respetos. Nos hemos de consolidar. Las difusiones nos reparan ya. Hemos hallado descollantes fines.
Juan Tomás Frutos.
Tengo más ganas de vivir
que nunca, y lo percibo y traslado
en este recorrido cotidiano.
Hay rutina, muchos elementos extraños,
incluso obstáculos,
que hemos de sortear,
tú y yo,
pero seguimos,
y eso es lo que importa
entre deseos de dar con la gracia
que nos emplaza
en la mejor posición de salida.
Tengo ganas de expresarme,
de contarte, de ser,
de poder entre destellos
que me recorren el alma
con un almacén de ideas,
que exploro contigo.
Tengo muchos anhelos de amar,
y también de ser amado,
de continuar por una vereda
que es un continuo con símbolos
de presencias reales, generosas.
Tengo deseos de estar a tu lado,
de experimentar tu ser con el mío,
del mío en ti, una y otra vez.
Creo que todo esto es muy saludable.
¿Qué te parece?
Juan T.
¿Fantasías? todas.
...
Nos preparamos para recapitular.
...
Nos ofertamos sensaciones.
...
Nos damos serenidad con gusto y gozo.
...
Tendremos que ir más allá.
...
Nos abocamos al anhelo básico.
...
Sonríes con reflejos.
Juan T.
Me ofreces amor,
y amor te doy,
multiplicado hasta dar
con los sones más maravillosos,
que entonan bien
por ti, y lo sé.
Nos regulamos
el deseo con más causas
que nos conducen
por recuerdos que se ubican
donde deben,
con bondad y gratitud,
creciendo con garbo,
con razones, sin ellas.
Ofertas dicha,
y te expreso mi reconocimiento
por la hermosura que trasladas,
que es mucha y buena.
Es una suerte
poder referir lo que escribo,
y, sobre todo, sentirlo de verdad.
Juan T.
Vinculemos los espacios con los aspectos siderales que nos consuelan con conceptos nobles, estimulantes, únicos. Nos definimos.
Nos distraemos con resortes y recuerdos que nos aclaran hacia dónde podremos marchar con una sensación diáfana.
Nos entusiasmamos con todo cuanto hacemos, y nos reforzamos con las intenciones más leales, que nos consuelan con una vertiente sensacional.
Nos hemos dirigido a la existencia misma con reformas que están donde son: nos presentamos con formaciones de transparentes fines.
Hemos descubierto todo con todo lo bueno, que fomentamos desde la igualdad de un amor que busca mejorar. Siempre debe ser así.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Me esfuerzo en ti.
...
Nos citamos.
...
Vamos a comprobarlo todo.
...
Tendremos que estar.
...
Nos hallaremos por siempre, con un sí.
...
Nos desarrollamos.
...
Hemos sido con bastantes claridades.
Juan T.
Nos referimos.
Consultemos los números, y expongamos a la memoria el sentido de la verdad, que nos consolida y nos mantiene dinámicos.
Lo normal es seguir, procurarnos una verdad con la que acompañar las versiones con las que nos moveremos hacia el fin que siempre es principio.
Hemos de asegurar lo que nos previene para mejor desde la diversión menos apática. Nos solucionamos mucho.
Contemplemos las luces que nos adhieren a los pasos de antaño, a los de siempre, a los que nos suscriben la bendita paz.
Debemos divertirnos desde la paciencia y la gratitud hacia la suerte que nos envuelve con sus mejores galas. Nos hemos dedicado a aprender, y en el camino hemos hallado de lo bueno lo mejor. Así es.
Juan Tomás Frutos.
Demos la palabra. Sana.
...
Nos convenimos.
...
Resulta ser.
...
Nos hemos descubierto.
...
Tocamos lo más brillante.
...
Nos sonreímos con toda la empatía posible.
...
Consultas.
...
Eres en la verdad misma.
...
Los conceptos son reales, únicos, de anhelos.
Juan T.
Dime que podrás.
...
Nos reservamos para lo mejor.
...
Vamos a sernos.
...
Nos defendemos.
...
Vamos a dejarnos llevar.
...
Sonríe. Puedes.
...
Vamos a tener valor.
Juan T.
Podemos sonreír.
...
Nos sugerimos un retorno.
...
Hay un poco de amor.
...
Nos damos lo suficiente.
...
Nos comprometemos.
...
Hemos sellado el deseo.
...
Nos recogemos.
...
Hay grandes valentías.
Juan T.
Miremos
al lado que corresponda,
intentando otear
cuanto sucede,
lo que es,
lo que viene por lares
que nos responden
con ideas sinceras.
No colmemos vasos extraños
y digamos cómo vemos la vida
desde el prisma del cariño,
sin duda mucho mejor,
con más optimismo.
No perdamos las referencias
de la dicha
que nos permite avanzar
hacia el estado de la cuestión perfecta.
Abundemos
en los benditos hechos
con normas que nos hagan subrayar
cuanto parece que ha de tener sentido
entre ideales dispuestos.
Calmemos la sed
de quienes nos entroncan
con contemplaciones equilibradas
que nos deben otorgar
la voluntad en firme
con un beso, o dos,
y un abrazo, fuerte siempre.
Miremos genuinamente,
y en el mismo sitio,
no sé si a la misma hora,
veremos otra realidad,
más leal y noble, más deseable,
llena de bondad y de amor.
Intentémoslo.
Juan T.
Cultivemos los procesos que nos llevan donde la vida admite y adquiere sentido. Supongamos y expongamos con razones que son.
Nos damos coherencia
con una conversión de amor.
Nos deseamos
sin contradicciones.
Nos regalamos virtudes
que tienen que ver
con la bondad y con el cariño.
Eres un privilegio
que constata que lo importante
es la felicidad
que me procuras.
Nos reinventamos
con reglas cargadas de sensaciones
sinceras, equilibradas,
con valentías que avanzan
con señales genuinas.
Predicamos con hechos.
Nos estimamos
sin recovecos, con la verdad
por delante, aprendiendo,
compartiendo, siendo
entre cosechas que nos brindarán
cuanto tiene gratitud
y buen afán.
Nos formamos sinceramente.
Hemos renunciado a lo accesorio:
ahora lo sustancial somos nosotros.
Siempre será así.
Lo hemos demostrado.
Juan T.
Conseguimos estar donde debemos, con acompañamientos que nos procuran unos anhelos que nos permiten transformaciones en positivo.
Nos consultamos. Somos entre versiones que nos aclaran. Nos hemos sincerado. Nos aclamamos con compromisos que han de estar donde es menester.
Nos gobernamos con leyes que están y se ubican donde la vida es. Nos ansiamos. Hemos aparecido con la misma tarea que defendimos. Nos certificamos con alturas que contemplan como deben.
Nos demostramos tener intenciones. Nos procuramos garantías únicas. Nos hablaremos en cuanto sea menester. Hemos de ir con la vida a cuestas.
Los símbolos nos restauran con voluntades que están donde deben constituirse. Hemos dispuesto un aviso que es crucial para la calma que perseguimos. Nos hallamos en las mejores condiciones para comunicar.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Los fondos blancos nos ayudan a entender todos los colores, que están dispuestos para su mejoría diestra. Nos debemos propiciar los consejos que fueron con intenciones de pureza.
Ya es, o ya será. Nos dirán que las costumbres han de aparecer en la voluntad misma, que nos debe permitir avanzar con reglas de oro. Pensemos.
Nos hemos de proponer las caricias más sinceras. Regalemos un poco de todo. Nos hemos de consentir y provocar con normas maravillosas. Nos debemos brindar las gracias de antaño. Nos insistiremos. Los conceptos han de repartirlo todo.
Las virtudes contribuirán a las señales de antaño. Nos hemos de ocasionar mucha emotividad. Nos aconsejaremos. Las versiones son ideales. Han de serlo. Aguardemos.
Juan Tomás Frutos.
Viajamos
hacia ese puente
que nos unirá.
No está lejos,
pero precisamos tiempo,
y calma,
y perspectiva sobre lo relevante.
Demostremos
que nos amamos.
Está ahí,
mas hemos de llegar sin fisuras,
con los suficientes circunloquios
para recordar
lo que nos interesa,
lo que nos conviene.
Es el amor
el que llama a la puerta.
La cita, ese puente,
y hacia allá vamos.
La singladura nos ha de servir
para prepararnos bien.
El cariño ya empieza
a curar las heridas.
Juan T.
Emocionas mi ser
con ese reclamo
que es un beso.
Llegarán más.
Es cuestión de los dos.
Nos debemos soltar.
Viviremos libremente
con una gracia
que nos eternizará.
Hemos sentido
que tenemos una claridad
con la que creceremos
una y otra vez.
Nos apuntamos al recuerdo
con una base ideal
que se sustenta
en el cariño ofrecido.
Fortalecemos el interior.
Ya no vemos los problemas.
Estamos donde es menester.
Juan T.
Beso tu frente,
y tus labios,
y cada poro de tu cara,
tu cabeza;
y comienzo una aventura
que es viaje
por tu cuerpo,
que me tranquiliza y apasiona
a la vez, en paralelo,
con virtudes y vehemencias,
con distracciones,
con normas que rompemos
para reclamar
la libertad que nos permite
avanzar con surgimientos
de una paz que nos reparte
dicha y conocimiento.
Te beso, te abrazo,
y quiero no acabar.
Todo cuanto nos hemos dicho
ya adquiere realidad.
Los pasos van lentos:
por eso se saborean más.
Juan T.
Pintamos los deseos de una libertad que nos promueve. Hemos dado con las historias más diáfanas, con las virtudes que nos dirigen hacia la independencia más clara. Nos preguntamos sobre las esencias que nos llevan, que son frutos del liderazgo que defendemos.
Nos mostramos en esa claridad que nos previene. Nos brindamos ese calor que alimenta con enseres de pureza transparente. Hemos de consultar todo lo necesario. Nos presentaremos.
Las partes de antaño nos igualan a cuanto fue. Tenemos memoria. Superaremos el frío con una voluntad de generación espontánea.
Las intenciones nos deben portar donde la virtud tiene algo que relatar. Nos haremos caso. Los fines son mayores. Nos identificamos con hechos.
Nos convertimos en listos con cuestiones que se repiten. Hemos de serenar los ánimos del pasado, que son, que pueden, que nos presentan todo. Los aires permiten la comunicación. Renovamos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos hemos de subir a la cima que es voluntad y aprendizaje. Debemos ocasionar las mejores estructuras. Nos hemos de ir cerca y lejos.
Consintamos el abatimiento. Nos debemos llevar lo más hermoso. Procuremos conducirnos con la virtud de ser en la prevención.
No malgastemos los tiempos. Nos hemos de presentir con orientaciones que nos brinden posibilidades de estimar. Nos hemos de ubicar oportunamente.
Describamos cuanto tiene justificación y sentimiento en lo profundo. Generemos ilusión. Brindemos con garbo lo más sencillo.
Prestemos lo idóneo. Comuniquemos lo más deseable. Regalemos accesos. Los ideales se pueden plantear con gracejos convenientes.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Generemos amistad
con recargos
y anhelos de libertad.
Pongamos la disposición
en el brete ideal
con reglas de oro.
Nos hemos de gozar
con normas de anticipo
que nos lleven
con recuerdos de un cariño sólido.
Nos hemos de consolidar
con deseos de negativas
que son nuevas, relucientes,
en la voluntad de antaño.
Hemos de construirnos
con virtudes llenas de estima
y de construcciones finitas.
Comparamos y crecemos
en amistad y bondad.
Nos entendemos muy bien.
Juan T.
Estabilicemos las raíces de los problemas, y vayamos hacia esos consejos que nos deben animar con gratitudes que hemos de realizar desde la eternidad de las cuestiones que consideramos fundamentales, incluso en su anonimato.
Procuremos progresar en comandita, todos juntos, con resortes que nos anclen a las verdades en las que estamos. Podemos mucho.
Nos hemos de componer con lo más deseado, con lo más lindo, con lo que oferta ocasiones y disponibilidades finitas. Nos hemos de corroborar con lo más honroso.
Nos supondremos con los brillos de una puerta que nos aconsejará hacer un poco más, siempre un poco más. La existencia es así.
No nos asustemos ante las caricias de un amor que nos debe procurar equilibrio y no desazón. Nos debemos al universo con gratitud. Ocurrirán, entre multitud de esperanzas, trances maravillosos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Apareces en primer lugar:
ahora lo veo.
Siempre has estado,
pero ahora lo advierto
con la propiedad de una vida
que se configura libre
si ejerce su derecho a serlo.
Obras el milagro
de hacerme ver
lo que merece la pena,
e inyectas ocasión y razones de ser
en la memoria común.
Estás en la cima
de una montaña mágica
que llamo amor.
No hay otra altura
que me interese:
lo percibo con claridad ahora,
y así me lo hago saber.
Hemos aguardado,
quizá sin saberlo,
el milagro divino,
y reclamamos tiempo y espacio,
puede que hasta el pago,
de grandes intereses vencidos.
Haré mi parte:
cuando quieras y/o decidas,
suscribe la tuya.
¿Sí?
Juan T.
Buscaremos las palabras en el nuevo día, y nos daremos los consejos que ya surten los efectos deseados. No paremos ante el destino.
En adelante, hemos de sugerir hazañas que nos promuevan para ese fin que es inicio de las cuestiones que consideramos esenciales.
Abundemos en los instantes de las pasiones con las que podremos navegar hacia la señal más singular. Nos debemos al todo.
Persigamos ideales, pero sin quedarnos en lo obvio del destino, que ha de salpicarnos de factores que dispongan sorpresas. Generemos amor.
Nos hemos de volver menos suspicaces. Podemos estar en el punto que interpretamos como crucial. Nos hemos de controlar, pero desde la libertad respetuosa.
Las ocasiones pintan bien. Hemos de terminar el dibujo. Las condiciones son las deseables. ¡Adelante!
Juan TOMÁS FRUTOS.
Pretendamos la fiesta que anima con la gratitud que nos propone quedar en el punto que nos gusta. Hemos sido en el trayecto de antaño.
Nos agotamos con esfuerzos que nos insisten con unas garantías que han sido en el pasado y que volverán. Nos tomamos con cariño, con necesidad, justo en el punto que nos alimenta con una versión querida.
Hemos quedado en varias cimas ideales que nos consolidan con las palabras más sencillas. Nos damos ese envoltorio que nos requiere para un término que es inicio.
Hemos aceptado las causas con las diversiones que aclaran los anhelos con los que viajamos hacia un mar de sensaciones. Nos poseemos.
Nos hemos de dirigir hacia ese ideal que nos comprometerá con el futuro desde un presente que nos embriagará. Nos consolidaremos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Alimentamos
esos corazones que muestran
lealtad,
y nos felicitamos
en las noches más largas
porque no estamos solos:
lo advertimos,
que es lo importante.
Nos nutrimos
de espacios y tiempos
soñados y reales,
que comparten las opciones
de una vida
que exprimimos con equilibrio
y razones convincentes.
Nos tenemos
cada segundo del día,
y nos preñamos de entusiasmo
para explicar hasta lo que no tiene sentido.
Nos entregamos
a las intenciones y a sus soledades,
y quedamos en el punto
en el que derramar amor
es la constante.
Hemos sido y seremos
con serenidad, en la ventaja
que ya nos eterniza
con besos y abrazos,
y con miradas cómplices a los ojos.
¿Sabes de lo que hablo?
Juan T.
Hemos de volver con las razones que nos proponen con gustos que nos llevan donde la hermosura es parte del sistema.
Nos conformamos con una continuidad que nos invita a vivir en las noches de la más pura eternidad. Nos buscamos. Las suficiencias se hallan.
Estamos en esos conciertos que nos aclaran lo que debemos realizar en un mundo de complejas caricias que hemos de propulsar entre equilibrios.
Nos debemos a esos universos que entregan lo mejor de sí mismos. Crucemos las calles de las sensaciones que apuestan por los regresos más eternos.
Persigamos la transparencia, las ayudas comunes y las ruedas hacia la bondad sempiterna, que es garantía de un futuro en justicia. Nos hemos de halagar con una comunicación real. Desde la intención leal todo es posible.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos damos esas causas que nos permiten llegar donde todo tiene sus sentidos ideales. Nos manifestamos con recuerdos que se ubican donde deben. Somos.
Nos fundimos en esa vida que nos mantiene con recuerdos que nos consolidan con imágenes que nos exponen a lo más hermoso.
Vamos a darnos la parte que nos previene con sus toques maestros. Suspiramos. Cada día es una ocasión para aparecer donde debemos.
Nos hemos de manifestar con reformas que nos construyen con unas diversiones que vuelven con anhelos que consolidan la amistad mediante lo sencillo.
Demos gracias a esa eternidad que nos enciende la solidaridad con novedades que son fundamentales. Nos anhelamos con recuerdos sanos. Ahí está la salvación.
Juan TOMÁS FRUTOS.
El amor,
si es verdadero,
nos lleva
por misiones
que hacen la vida
posible, única,
real, dulce.
El deseo,
si es, si nos representa,
nos expone
a los conocimientos
y al aprendizaje
más grato, con la verdad
como bandera descollante.
La vida,
si se exprime,
nos subraya los motivos
con los que nos moveremos
entre indicaciones de salubridades
serenas y comprometidas
con la felicidad,
que es indicativa
de si aquello que anhelamos está
en su punto,
de si las pretensiones marchan
de manera adecuada.
El amor,
si es genuino, se conoce,
se admite, se ve.
Juan T.
Nos hemos de mirar con sensaciones que nos han de eternizar con recuerdos que nos deben dar lo mucho y lo poco.
Hemos de alentarnos con reformas que son. Nos hemos de mostrar con resistencias que nos debieran otorgar la felicidad con dedicatorias que son en la dicha.
Nos debemos poner las prendas que nos aclaran los conceptos con los que nos miramos de corazón. Hemos de brindarnos todo.
Más es en la noche que nos define lo mejor de cada jornada. Hemos asegurado los procesos con calma. Nos enseñamos a contemplarnos con caricias.
Hemos hallado el todo. Nos llamamos la atención con reformas y salubridades que nos quitan las dudas y nos proponen conocimientos. Progresamos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Enciendes la llama
del deseo conjugado
en forma de pasión
e iluminas el cielo,
que dimensiona las estrellas
para ponerse a tus órdenes.
Estimulas la vida
con unas fantasías que proponen
qué realizar con recuerdos
que están donde las posturas
son claras, imaginativas,
contrastadas, importantes.
Ilusionas mi ser,
y llegas,
y te entiendo,
y me conmueves
con unas fórmulas que funcionan
con destacadas caricias
que alimentan
los graneros espirituales.
Hemos descubierto
qué hacer y somos
en ese concierto de deseos
al fin cumplidos.
Juan T.
Debemos dibujar sonrisas y compartirlas con los amores más hermosos, con los que nos permiten viajar hasta la comisura de los labios.
Nos subrayamos una empatía que nos debe dar la parte proporcional de una condición que nos hará infalibles.
Corrijamos los aires de juventudes con las que debemos abordar las caricias de siempre. Nos hemos de congratular.
Pidamos los empeños que son ligeras docencias en un instante que consideramos único. No quedemos en palabras huecas. Singularicemos.
Nos hemos de procurar canciones de amor que nos podrán eternizar. Demos las gracias cada día, todas las jornadas, pues en verdad siempre son una oportunidad de aprender y de impregnarnos de sensibilidad.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos subimos
al trono del amor,
y allí gritamos
a los cuatro vientos
que nos deseamos.
Lo demostramos
con la paciencia
que nos convierte
en infinitos puntos y maestros
de la evolución misma.
Compartimos el talento
y la gracia
por una eternidad
que lo es en la cima
de la alegría,
del puro cariño,
de lo que tiene entendimiento
y gratitud como parte
del mejor sistema,
el que surge de lo universal
y sus valores.
Vamos peldaño a peldaño:
sabemos que llegaremos.
La meta, como el principio,
es el amor.
Juan T.
