Renovación

Encendamos la vida, con mechas diferentes, pues en la variedad está el gusto. Procuremos existir de verdad, buscando la comodidad que nos permite ecos de amor convertidos en la realidad. Nos hemos de facilitar la exactitud y el anhelo esencial del cariño con consecuencias de orgullo profundo, singular. Experimentemos todos los poros de la vida con la regularidad que nos salva. Dispongamos todos los instrumentos y conceptos que no obligan. El amor se expande. No olvidemos que no vive de reservas. Hay que agotarlo, y, si es de verdad de verdad, se renovará. Juan T.

Todo por ocurrir

Te amo por lo que supones en mi vida, que es toda la felicidad del mundo. Te escribo con intereses que nos llevan donde las emociones son intensas, puede que un poco más. Estimo y soy en la memoria que nos permite caminar hacia el monte que nos eleva por encima de los enlaces excepcionales, puros. Abrazamos el instante poderoso y bueno. Somos silencio con esperanza y deseo. Hemos dado con esa llave que nos mantiene en la eternidad de cuanto ya es y será, que siempre será. Creo que todo está por ocurrir. Juan T.

Vivir de verdad

Vive la Luna con la pasión que nos deslumbra con besos que curan. Hemos desayunado, y todo nos podemos contar ya. Te mando un abrazo que es más que un acto de fe: es la realidad a la que hemos optado para vivir de verdad. Juan T.

Sencillo

Nos convencemos del amor hermoso porque lo es, y lo sabemos porque lo sentimos, y, claro, nos convencemos. ¿No es así de sencillo? Juan T.

He aprendido

Generas deseo, y yo trato de motivarlo, cuando en realidad lo que sentimos está por encima de todos los cielos. He aprendido. Juan T.

¿Tal vez sí?

Sabemos qué es el amor el que nos toca, porque nos estimamos con estímulos cortos y largos, con presencias y declaraciones de estandartes intangibles. Estamos locamente unidos, y por eso es amor, y lo sabemos, y lo decimos. Nos queremos en lo sencillo, por siempre, sin esperar remedio ni nada a cambio. Hemos desayunado hasta sin vernos, y nos hemos percibido sin tocarnos. Estamos en contacto rozándonos la piel que no contemplamos. ¿O tal vez sí? Juan T.

Terciamos

Nos entendemos. ... Generamos ansias de vivir. ... Te creo mucho. ... Superamos etapas. ... Nos alentamos. ... Corregimos. ... Podemos vivirnos. ... Terciamos. ... Nos colocamos bien. Juan T.

Nos acercamos

Nos iremos moviendo hacia ese mar que nos llenará de sensaciones con las que ir hacia el momento que nos aguarda con éxitos. Nos conocemos. Hemos inspirado los buenos instantes, los mejores, y hemos llegado donde procedía. Nos declaramos en fiesta permanente y soñamos con llegar donde sea menester. Hagamos caso al destino. No imploremos en demasía. Todo será cuando deba ser. Procuremos ansias de libertad con unas intenciones que se harán realidad a la menor ocasión. Nos devolveremos lo ideal sin protagonismos. Hemos dado con la fortuna que es y que fue. Nos queremos mucho. Nos hemos subrayado apetencias. Miremos cómo cumplir sumando y viviendo. Nos acercamos. Juan Tomás Frutos.

Ahí seguiremos

Complementamos el amor con más amor y despertamos en la noche que ya no lo es. Nos identificamos con caricias que responden con besos y entregas que nos llevan a existir. Expresamos cuanto portamos hacia un interior que nos hace viajar al puro infinito, que nos libera. Somos la razón de una vida que es alternativa y afán por lo mayor. Nos continuamos hasta el principio, que es fruto de un ciclo. Nos damos todo. Somos medida, que no mesura ni prisa. Nos engrandecemos. Y ahí seguiremos. Juan T.

Nos necesitamos para vivir

Sueñas con la voluntad que nos hace estar donde nos queremos con realismo. Nos miramos y nos mimamos con total entereza. Hemos añadido "apaños". Nos colocamos en el mundo que nos controla con recortes de pensamientos que iremos dibujando con luces eternas. Nos avanzaremos una salida. No apagaremos las principales intenciones. Nos acarrearemos unos pronósticos con los que ya nos vamos insertando en la mirada que nos persigue con objetivos sugerentes. Hemos dado casi todo. Nos enseñamos con las reglas de una sensación más que estimulante. Nos hemos apetecido. No prediquemos sin fines determinados. Hagamos que el honor nos sirva. Nos haremos favores sempiternos. Nos necesitamos para vivir. Juan TOMÁS FRUTOS.

Ahí nos vemos

Planteas el amor y te soy entre verdades de un deseo que iremos cumpliendo de manera sucesiva, buscando entre voces que nos susurran de madrugada. Ahí nos vemos. El amor nos coloca el norte al que mirar en momentos de duda. No es el caso: ya sé donde voy. Juan T.

La razón del amor

Sepamos el porqué del amor, hacia dónde nos lleva, sus intereses, las fórmulas que funcionan, las que no, los objetivos que le mueven, las alturas desde las que mira, los elementos cercanos, también los que deberemos alejar. Sepamos de sus hermosuras, de sus bellezas, de sus protagonismos, de los aleteos que nos transportan al inicio y al final, y vuelta a empezar, en un eterno ciclo. Averigüemos los criterios y los silencios que tanto nos aclaran y sepamos las verdades que nos han de alzar con un sí manifiesto, presto a alimentar un contento que siempre, por amor, será verdadero. Conozcamos si hay amor, y, si lo hay, experimentaremos la jovialidad y el equilibrio más sensato y sincero. Sepamos del amor, que es nuestra razón de ser, la razón. Juan T.

Prometemos y cumpliremos

Nos hemos de soñar con los corajes de una juventud que no hemos de abandonar ni consentir que lo haga ella. Debemos aliarnos.


Pidamos encuentros que nos inviten a permanecer con descripciones diáfanas. Miremos donde debemos, lo que anhelamos.

Nos hemos de situar con brillos de sensaciones singulares. Observemos los pajaritos que nos hacen ponernos de acuerdo.

Nos hemos de preparar para una vida que se ha de terciar maravillosa. Nos ahorraremos tiempo con destinos interesantes.

Nos dedicaremos a aprender. Nos caeremos y nos levantaremos con brotes mansos. Nos esforzaremos. Prometemos y cumpliremos.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

Tanto como tú

Te se enamorada,
y por eso me siento tan feliz.
Uno desea amor
para los que quiere,
porque el cariño se multiplica
y mejora el universo
y sus circunstancias.

Se qué quieres,
y cómo,
y puede que hasta el porqué,
y comulgo con tus sentimientos,
que comparto
de manera plena
porque colman y completan
en cuanto soy y en lo que busco.

Te sé enamorada:
me experimento contento
por mil razones,
sobre todo por mí,
y porque estaré a tu lado.
Es mi propósito,
si me dejas, si me sabes,
si me reconoces.

Te sé muy enamorada, sí,
del mundo, de su ecosistema,
de lo que eres, de tus deseos,
de los que compartimos,
de los que vienen, de los que serán.

Me congratulo por descubrirlo
en esta parada y en otras
que nos conducirán por doquier
con una maestría extraordinaria.

Tienes el don de la dicha,
de la concordia que la antecede,
de la solvencia solidaria,
de la estima, del altruismo,
de la querencia transversal.

Te recuerdo, y te saboreo
mientras te sé enamorada.
Me responsabilizo
en este equilibrio por el presente
que te salva.
Todo ha sido perfecto.
Superas los sueños más gratos.

El equilibrio asoma,
y te cuento que estoy en ese punto
en el que me concibo extraordinariamente
porque, ¿sabes?, yo también estoy,
con tu permiso,
muy enamorado, mucho,
tanto como tú.

Juan Tomás.

El amor de cada día

Es sencillo felicitar en nombre del amor. Con su denominación se ha efectuado de todo: bueno, regular y no tan óptimo. Lo deseable, no obstante, es que el cariño sea verdadero, que lo sintamos, que lo experimentemos, que nos transforme en positivo.

Mi meta es que amemos, que nos mejoremos, que nos presentemos cómplices del destino, que nos hallemos interiormente, y que sepamos que, por encima de todo, está el ser humano, que ha de medir los derroteros cotidianos.

Hoy, dicen, es el Día del Amor. Yo deseo que cada instante de nuestras vidas estemos enamorados al completo y de cuantos más mejor: de nosotros mismos, del trabajo, fomentando la salud, persiguiendo que tengamos, todos/as, lo mínimo para la dignidad personal y societaria, y dando, en paralelo, con esas caricias que nos procuran la dicha mesurada y también altiva.

Mi anhelo es que jamás nos falte el amor. Mi consejo es que lo abonemos sin esperar nada a cambio. ¡Buen día!


Juan Tomás Frutos.

No parar

Rellenamos la vida
con más vida,
y somos en ese amor
que nos responde
con porcentajes superados.

Nos amamos
entre bellas experiencias
que nos reparan
esos cursos en los que fuimos
más y mejores.

Nos hemos de declarar
con la mejor voz,
con el tono que nos engancha
a vivir del todo y por todo.

Nos aficionamos
a tenernos, a sernos,
a vivirnos, a engancharnos.
No aguardaremos milagros:
los viviremos.
Es cuestión de no parar.

Juan T.

En el amor mismo

Recurro a ti con una voluntad que me propone seguir por sendas que nos animan a vivir en la paz de los ancestros.

Seguimos por recorridos que nos proponen ansias de pura libertad. Nos hallamos con motivaciones que nos conducen por reservas claras.

Hemos dado con la realidad. Nos seguimos. Nos hemos impuesto querencias. Nos sabemos. Nos declaramos. Hemos sido, y volveremos a vernos.

Nos promocionamos con claridades que nos rastrean el corazón. Nos abrimos al universo. Hemos sido entre memorias que nos hallan.

Nos presentimos. Hemos otorgado sensaciones que están donde deben. Nos incrustamos en el amor mismo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Somos excelencia

La Luna nos aclama 
con sus pasos dorados, 
y nos enseña a amar 
incluso en los albores del día, 
aportando sabores y aromas silentes 
que siempre nos regalan afabilidad. 

Lleguemos donde sea menester 
con la voluntad superada, 
no herida, 
presta a corregir los intereses 
con brumas y sensaciones nuevas. 
El amor sana.

Hagamos caso al destino,
que nos susurra al oído
y exclama buenas perspectivas.

Preñamos de apetencias 
los aires de unos deseos 
que nos definen 
en la juventud misma, 
dándonos salubridad.

Somos excelencia,
siempre excelencia,
y todo gracias al amor.

Juan T.

Seguimos

Nos hemos de estimar con todo el interés del mundo, dando y recibiendo casi en paralelo, sugiriendo un futuro que se producirá en cuanto nos mostremos del mejor modo posible. Nos debemos a la entereza de un universo que no calla. Hemos sido. Volveremos entre razones que nos quitarán los sentimientos de culpa. Hemos dicho que sí.

Nos hemos de apropiar de las intenciones de un destino que no producirá cortocircuitos. Nos enteraremos bien. Los elementos nos otorgarán registros de voces singulares, que nos darán las palabras más hechas, las dadas, cuantas son.

Nos hemos de inspirar en las veredas de unas emociones que vamos a compartir con unas gratitudes declaradas desde las cautelas de un deseo que serán dos. No apaguemos las luces. Los eventos se suceden con reglas que nos proporcionan honorabilidad.

Las declaraciones de conductas nos refuerzan en nuestros objetivos, que nacen en nosotros, y con nosotros recorren los espacios más destacados. No quedemos en la nada.

Nos hemos de inventar la vida con más vida, sujetando los criterios de unas razones que nos conducen por doquier con reservas que consideramos espirituales. Hemos sido en la misma noche, con normas que nos adelantan el paso, con esperas que son. Nos seguimos.

Juan Tomás Frutos.

¡Adelante!

Importa al mundo lo que hacemos, y el cómo, claro. Hemos de asegurarnos con procesos que nos deben dar cobijo con fórmulas maravillosas que brindarán la afición por lo que ha de venir, que es mucho y entiendo que bueno.

No apaguemos las luces que nos declaran amores sencillos con voluntades de estar en lo más estimulante, que ha de comandar las aficiones con las que nos introduciremos en universos hermosos. No demostremos que no somos capaces.

Apostemos por el presente y el futuro que nos suben a las nubes del anhelo más estupendo y genial. Nos hemos de amar por y para siempre.

Acumulemos los buenos instantes desde la emotividad de la creencia en la resolución de los conflictos, que previamente hemos de evitar.

Impulsemos lo cotidiano como base de la esperanza mayúscula. Podemos ejecutar el deseo más sincero. No estemos en la duda permanente. ¡Adelante!

Juan Tomás Frutos.

Nos construye el amor

Crezcamos de corazón
y demos intensidad al día,
que está reservado
por y para nosotros
con la suficiente empatía
y con ganas de amar.
Nos acercamos.

Hemos de desarrollar
la sensación de estancia
en el punto de lo absoluto,
que nos debe embarcar
en las maravillas
de una creencia en el presente
y en todo el futuro
de lo posible e imposible.
¡¡¡Es maravilloso estar vivo!!!

Incrementemos los deseos
que surten numerosos efectos
positivos e ilusionantes
en la verdad misma de compartir
cuanto somos,
lo que podremos ser igualmente.

Vivamos lo específico
y sepamos que el amor
nos construye más y mejor.
Por supuesto, no lo olvidemos,
hemos de contribuir.

Juan T.

El compromiso

Hay mañanas en las que uno surge de la nada, o puede que de todo, y se pregunta qué hacer, hacia dónde ir, qué esperar o qué modificar incluso. Son mañanas, que llamo yo, de "aparente tránsito". Luego resulta que el trámite no es tal. Cada jornada es importante, tiene su relevancia, tiene sus esencias, y, en este sentido, es consecuencia de lo que fuimos y un avance de los pronósticos futuros.

Supongo, me digo, que se trata de dudas, de imprecisiones: son descansos que, con intención o no, nos tomamos para ser nosotros mismos, o probablemente sin ningún afán determinado. Hay "vaguadas" que nos sirven para optimizar, para mirar de otra guisa, para interpretar, para surgir en la fe de unos corazones que se experimentan mancomunados, a menudo sin saberlo.

Es el caso, por unos efímeros y eternos instantes, de esta mañana, que nos trae a colación cómo fue la semana. Los derroteros, con sus "martilleos y nanas", no han sido ni malos ni buenos, no en sus valores absolutos. Han sido sencillamente, y hemos procurado que aportaran felicidad y destellos de bondad conducentes al amor. El contento viene de que algo interesante hemos cosechado.

Será así porque, mientras andamos absortos, la vida sigue fluyendo, por fortuna. Y en ese río vemos a amigos maravillosos, a gentes conocidas de las que aprendemos, a vecinos con los que nos hablamos, y sonrisas que nos hacen explicarnos la dirección emprendida. Estamos en el punto: lo humano es la medida de todas las cosas, y desde esa óptica hemos de conservar la Naturaleza, el ecosistema, y llorar y reír por lo que nos rodea buscando los pálpitos de la necesidad y sus convergentes resoluciones.

Mantengamos, en esta experiencia vital, el mejor deseo por y para nosotros. Hagamos propósito de enmienda cuando proceda y llevemos a feliz término los deberes pendientes, que siempre hay algunos.

Amanece, como nos recuerda la película, que no es poco. La dosis de existencia la tenemos que poner nosotros. Recordarlo no es una obligación: es un compromiso con nosotros y con la propia sociedad.
¡Buenos días!

Juan Tomás Frutos.

Bailar y reír

Es cierto que la vida nos deja a menudo momentos complicados, retorcidos incluso, con trasiegos que nos devoran y nos rompen un poco o un mucho, casi a partes iguales. El discurrir humano interioriza sus fracturas, sus vacíos, sus intenciones rugientes que nos fragmentan almas y porvenires.

Todos sabemos que la felicidad es factible, aunque no siempre la tenemos ocho horas seguidas en el mismo día. Eso no quita que breguemos por ella, a su favor, en pos de instantes que, aunque efímeros, nos otorgan la justificación y la explicación de nuestro leve y rápido tránsito por el planeta Tierra.

El esfuerzo reiterado, porque la existencia es un bien preciado y fungible, ha de ir encaminado a la persecución y a la percepción de la dicha, que son dos conceptos diversos y complementarios. No siempre los entendemos así, y por eso, en ocasiones, se nos escapan etapas estupendas que están ahí pero que no las oteamos como tales. Luego, cuando transcurren, sí que caemos en la cuenta de la bondad de algún tiempo pasado, y no me refiero a la condición humana de la nostalgia, sino a coyunturas reales y fructíferas.

La actitud es fundamental en nuestro caminar. Según cómo afrontamos el día a día siguen el resto de circunstancias, que a menudo están plagadas de opciones, de matices, de perfiles que nos pueden llevar por una senda u otra. El resultado, el beneficio o el perjuicio, depende de nosotros, y en más grado de lo que a veces meditamos.

La historia la hacemos ante cada duda, en función de cómo la resolvemos. Las tormentas también nos enseñan. Nos brindan dictados que hemos de interpretar sin azogues. De los fracasos, de las caídas, de los errores podemos obtener enseñanzas sempiternas, si sabemos cómo recordar lo sucedido.

La vida, en sí, es un milagro. Lo es en los peores supuestos. En los normales y en los mejores, que los hay, es un bien excepcional que, sin querer parangonar, que nunca es bueno, nos debe alimentar en esa vereda que mantenemos en pos de la dicha.

En consecuencia, no nos mantengamos de suposiciones, ni de temores, ni de mañanas que pueden venir o no. Es lógico que planifiquemos, pero no debemos proseguir abocados al destierro respecto del presente. Somos el ahora, el instante, ese segundo de pasión, de sueños, de esperanza, de conocimiento, de aprendizaje, en el que nos movemos, o deberíamos.

Confianza

Con este panorama, nos hemos de prestar a la confianza, en palabras de Jover, con la fe que hace temblar las pedregosas montañas y las convierte en lo que anhelamos. Pretendamos, sin ansias excesivas, la mejor música, ésa que nos marca ritmos y nos ayuda a dar una dirección correcta a lo cotidiano. Nos invitará, esa tendencia, aunque a veces no lo sepamos, a danzar ante lo peor y a superarlo, y, en paralelo, a disfrutar junto los tesoros de una existencia en la que nos hemos de reconocer sin ambages.

La distracción perenne no es buena. Sin embargo, en determinadas oportunidades hemos de apartar lo que no es salubre. Saber elegir es la base para conglomerar ese futuro que nos pertenece por definición. Extendamos, por lo tanto, los tentáculos de la afición a la bondad y a la alegría para no perder la perspectiva adecuada y sin presiones de ningún género. Avistemos lo que nos puede dar mucho desde la entereza bien conducida. No temamos el quehacer: el fracaso es una impostura que solemos apuntalar nosotros mismos. 

De todo se aprende, y mucho más de lo que no surte efectos por las causas que fueren, que conviene indagar con un óptimo propósito de enmienda, para no repetir equívocos. La experiencia es una ingente maestra.

Procuremos comenzar, por ende, cada jornada con dosis de emotividad en positivo, con ilusiones que avancen desde sistemas comprometidos con una visibilidad suprema. Las cuestiones y los eventos críticos se solventan mejor estando preparados desde la jovialidad que fortalece. Por eso el interés social inicial y también el final han de ser vivir en la extensión total de la palabra. Un consejo, que no ha de advertirse desde la superioridad sino desde la amistad, es bailar y reír constantemente. Dicen que la existencia, así, se hace más larga y eficiente, y, sobre todo, con la confianza de ser uno mismo. ¡Intentemos probar!


Juan TOMÁS FRUTOS.

Nos liberamos

Nos proponemos
creencias en uno mismo
con la suficiente soltura,
y seguimos
hacia ese mar que nos llena
de sensaciones renovadas.

Nos declaramos
en una situación sencilla
que es en la gratitud misma,
que nos propone estar
donde nos queremos más
y mucho mejor.

Rectificamos
y nos hacemos mejores personas.
No paremos en la noche
en la que los tiempos
serán otros,
puede que mejores.

Nos pertenecemos,
y, así, nos liberamos.

Juan T.

¡Adelante ya!

Convengamos
en vivir los regalos
fantásticos, excepcionales,
de la vida, del amor,
en sentirnos de verdad con los nuestros,
que son dones especiales
con los que manifestar la felicidad.

Dejemos aparte
ese ruido que nos quiere romper.
Podemos sugerirnos vivencias
que nos aclaren
hacia dónde marchar.

Demos con los puntos
de un encuentro considerable,
que nos debe otorgar las ocasiones
más maravillosas,
con fe y esperanza en cuanto sucede.

Prefiramos los ideales
que se comprometen
con las reglas de oro
de un mundo que sopla fuerte
pero que no debe provocarnos en negativo.

Impulsemos las acciones
de fe cumplimentada con vibraciones nuevas,
sin complejos, prestos a continuar bellamente.
Inundemos los corazones
de entusiasmos, de ilusiones y de eternos preparativos
para no consentir daños.

Coloquemos una larga hilera
de paciencia, de tolerancia y de pasión,
y tomemos todas ellas
desde la convicción de la libertad
y los derechos individuales y conjuntos.

¡Vamos adelante ya!
¡El amor es la divisa!

Juan T.

Nos fermentamos

Nos arriesgamos.

...

Nos consideramos con amor.

...

Mucho queda, mucho es.

...

Nos propagamos con fines determinados.

...

Hemos sellado el objetivo, que cumpliremos.

...

Nos preparamos para arder en deseos.

...

Nos comentamos.

...

Nos regalamos y fermentamos.

Juan T.