Con una sonrisa

Hay días en que echas de menos a todos los que han pasado por tu vida. Unos se fueron definitivamente, y otros lo hicieron, en principio, de forma ocasional, aunque todos sabemos que será por y para siempre. Los estadios, igual que principian, se agotan. Todo es limitado y fungible, excepto el amor, que siempre permanece en alguna parte, por intangible que parezca.

Algunas jornadas nos dictan sus resoluciones con unas comprensiones que dañan con demoras. Nos quedamos, cuando se marchan, cuando se esfuman las esencias, sin esa impronta que nos caracterizaron. Bordeamos en esos instantes por etapas robadas a los sueños para hacernos palpables, pura realidad. No obstante, no cobijo, esos días, una nostalgia agotadora, sino más bien su perspectiva, siempre muy docente. No puede haber resquemor en estos instantes porque la historia, sencilla en sus conceptos, aunque se vuelve compleja cuando analizamos lo abstracto, que no siempre se comprende, nos brinda, paralelamente, el ser sabedores, conocedores, de que todo tiene su justificación y sus márgenes positivos.

En los diversos trances que experimentamos hallamos causas para no cesar en lo que hacemos. A veces nos hacemos caso, y otras veces el interior queda para mejor oportunidad, que incluso puede llegar a suceder. Lo importante es que percibamos un balance óptimo, singular, señero. Nos hemos de estimular con ilusiones sin decadencias. Es un bondadoso consejo.

Las costumbres nos sirven como protectoras ante los aires de una existencia destacable, pero que a menudo tiene sus puntos de dolor, de pena, de hastío, de soledad, de cansancio físico y mental. Nos entretenemos en lo fuerte y también en lo débil. Lo cierto es que hemos de relativizar todo lo que sucede. Las importancias, cuando nos obsesionamos, provocan mucho dolor.

Debemos prepararnos para los cambios, para las mudanzas, para las victorias y para los fracasos. Todo viene a su ritmo, por mucho que tratemos de calcular. No vivamos en un mareo permanente que nos puede alejar de las solvencias y soluciones. La paz se mantiene cuando somos justos con nosotros mismos.

Cumplir las promesas

Configuremos, por ende, los pasatiempos con unas promesas que hemos de cumplir a la menor señal. Las cosechas valen cuando se aprovechan, como cuando ejercemos derechos y obligaciones, que adquieren dimensión con lo que permite evolucionar y también con lo que realizan igualmente los demás.

Las brumas del pasado han de servir para no cometer errores. Nos hemos de introducir en el valor de la experiencia para escudriñar y avanzar con presentaciones no fugaces. Hemos de añadirnos a lo que fue cimiento.

Necesitamos que las correcciones se vayan produciendo para no tener la percepción de que perdemos el tiempo en opciones que no merecen el esfuerzo, el cambio a veces, y las caídas incluso. Hay eras (cortas y largas) complicadas, sí, pero hace años que sabemos que de ellas se sale, y lo hacemos con una sonrisa mayor. Nos aguarda, verdaderamente, una ingente recompensa.


Juan TOMÁS FRUTOS. 

Aceleración

Nos intensificamos
con deseos
que pueden colmarnos
y culminar en el amor.

Nos profundizamos:
descubrimos
lo que tiene sentido
con el marco de besos
energéticos e infinitos.

Precisamos más,
y más tendremos.
Ya noto
que todo se acelera.

Juan T.

Dar lo suficiente

Nos perjudicaremos lo justo. Tenemos que avanzar con intenciones que nos han de llevar por donde creemos.

Nos rescataremos con cariños y caricias: nos previenen e impulsan con toda la sonoridad posible. Llegaremos donde ya es.

Nos debemos perder siempre para hallar lo que nos merece la pena. Nos promocionaremos sin quemar lo que es auténtico.

Nos pediremos, y seguiremos con noches que auparán los días en los que seremos puro éxito. Nos hablaremos sin anclajes.

Como consejo, debemos subirnos a las atalayas mejores. Nos elegiremos. Nos deberemos dar lo suficiente. Vamos a tomarnos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Un buen día

Dejó de llorar
un buen día.
Lo fue, bueno,
por eso.

Había estado con miedo,
con reflejos confundidos,
con el susto en el cuerpo.

Dejó de llorar,
y volvió a ser ella
con su gran sonrisa,
con sus emociones,
con sus gustos y preferencias,
sin penas inútiles.

Dejó lo que le pesaba,
y se fue con el deseo
en los ojos y en su corazón.

Dejó de llorar
porque sí y porque no,
y se subió al carro
de una enorme felicidad
llamada amor,
que, por genuino,
le apartó de los malos momentos.

Fue un buen día,
y como fue os lo cuento.

Juan T.


Hemos de darnos mucho

Nos empleamos con lo que nos viene con un gusto que vamos a exprimir con una cautela más que generosa. Iremos para vernos con todo. Lo que fue sigue con un trozo de deseo. No malgastemos la memoria.

Nos las arreglaremos con un deseo que funcionará. Nos hemos de resaltar las causas que nos proponen un placer que extenderemos.

Hemos de seguir por una senda de creencias en uno mismo. Sepamos por qué. Nos hemos de expandir con una señal de algodón.

Nos iremos al otro lado. La existencia nos reparará la conclusión de antaño con una figura de persistencia. No rompamos los moldes.

Hemos de considerar que es posible. Las virtudes nos preñarán de estimaciones no mundanas. Hemos de darnos mucho.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Hacia el mar

Nos escuchamos
con honor, en la suavidad,
con amor, con deseo,
descubriendo lo que somos.

Nos enganchamos
a los recovecos del placer,
que nos proponen
una superioridad magnífica.

Nos protegemos
con fantásticas creencias
en cuanto somos.
Nos movemos hacia el mar.
Allí nos vemos.

Juan T.

De nuestro lado

Prometo ser
y soy porque vivo
en ti,
en tu cuerpo,
desde tus ilusiones,
que compartimos y multiplicamos.

Me cuido,
y te cuido, nos cuidamos,
y nos regalamos
una valentía que colorea
los anhelos
que nos hacen ser siempre jóvenes.

Prometemos,
pero sabemos desde ya
que es solo un ritual.
La suerte está echada:
hace tiempo que cayó
de nuestro lado.

Juan T.

Comenzaremos

Nos hemos de dejar llevar por sentimientos de profunda factura. Nos mejoraremos con provisiones de besos.

Salgamos a conocer lo que nos merece la pena. Hemos sido entre sellos que nos provocan las transformaciones ideales.

Nos dirigiremos hacia una atalaya que ya es ligera intención. Nos tendremos que dar todo. Mucho es. Nos comentaremos.

Hemos sido en la noche que nos aligera con deseos de paz. Nos conformamos con la existencialidad. Nos esperaremos un poco más.

Nos convenceremos de nuevo con unas faenas que siempre nos previenen y nos distraen. Hemos visto todo. Mucho seguirá. Comenzaremos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Imaginemos con amor

Imaginemos el amor
desde el sentido
de los cuatro vientos
que nos llevan
hasta un mundo maravilloso.

Nos conducimos
hasta ese beso
que es punto y recreo.

Debemos asegurar
desde la libertad
de un norte que nos atraerá
hasta el principio.

Somos ese cariño
que alimentamos,
y también los contrarios,
si trabajamos en ellos.

Intentemos que sea lo dulce
lo que nos acompañe.
Los puentes están para usarlos.
Imaginemos mucho,
y, si es con amor, mejor.

Juan T.

Unidos

Avanzas
con ese amor
que nos une
y que nos libera
a partes iguales.

Hemos pedido todo,
mucho, más.
Las soluciones
andan por doquier
con un premio
que nos llega
con figuras nuevas.

Sepamos los motivos
y soñemos en otra cara,
con la mejor moneda.

Avanzamos:
nada de interés
se queda atrás.
Nos unimos.

Juan T.

No hay error

No hay error
cuando hay o ha habido amor.

No hay nada malo
en entender de otro modo,
en cambiar para mejorar,
en pedir perdón y seguir.

Lo humano,
lo verdaderamente querido,
solo precisa ansía de superación
y una primigenia buena intención.

Hay equívocos, pero no errores.
Las rosas pinchan a veces
y eso no quita que las disfrutemos
por su presencia y aroma.

En realidad, los hay (errores)
cuando los queremos ver.
La elección ha de ser el futuro.
Es la sensación.
Debe.

Juan T.

La existencia es todo

Nos buscaremos entre lo exacto con normas que nos indicarán que la libertad es la premisa. Nos empeñaremos en la felicidad propia y ajena.

Nos encenderemos con decisiones de apoyos queridos. Nos encargaremos de estar donde convenga. Nos hemos de otorgar el suficiente caso.

La vida nos asegurará con sentencias de apuestas mutuas. No queramos sin ver. Utilizaremos lo ideal con santidades de creencias en la verdad.

Tendremos expectativas que iremos cumpliendo. Seamos coherentes. No apaguemos las luces. Creamos mientras crecemos.

Nos entregaremos a la fortuna que podremos aplicar. La historia conjunta es todo. Nos detendremos para continuar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Todos los días

Debemos recoger las mieles del día a día con un instrumental de querencias que nos han de rodear de pertinentes deseos. Formulemos los buenos, claro, y seamos un tanto sensatos. Equilibremos los procesos.

Hemos de sugerir las virtudes de aquellos anhelos que se han de compartir con intentos no fallidos de ayudar. La honestidad ha de hallarse en el frontispicio de los hábitos cotidianos. No rompamos los universales que tanto nos provocan desde el entusiasmo de vivir. Encontremos nexos y reflejemos lo mejor de lo mejor.

Investiguemos sobre el bien y sellemos las cuentas con las que aumentar los fines y crecer en objetivos, que nos han de dar realidades. Los hechos nos impulsan. Vayamos más allá de las palabras. Corroboremos con coherencia y con lógica las posturas que mantengamos.

Hemos averiguado qué hacer entre consejos que nos han de conducir por experiencias singulares. Avancemos. No nos quedemos en mundos anticuados. La existencia se constituye de etapas que hemos de exprimir. No dibujemos lo extraño. Sepamos con amplitud de miras.

Hemos de rescatar las actuaciones más provechosas con un carisma que nos ha de conducir por soluciones claves para compensar, contrastar y endulzar todo. Las destrezas se demuestran cada jornada.

Impresionemos los diseños de antaño con estructuras de comportamiento ideal. No señalemos en balde. La esperanza está ahí, y no hay una cantidad determinada. Podemos tomar toda la que queramos, pero en todo instante con el propósito de enmendar lo que sea menester. Desayunemos con alegría, y expandamos lo que ésta genera por doquier.

Los análisis de otros estadios nos han de producir exclamaciones de entereza. Compartamos la docencia con unas ideas plurales, convencidas de las bondades de la comunión que nos caracteriza. No nos involucremos en asuntos absurdos. Las discusiones torpes nos consumen.

Afán jovial

Los eventos que nos introducen en los campos del afán más jovial nos conectan con intereses variopintos que nos responden con devociones destacables. Relevemos, rescatemos y continuemos. Nada se ha de parar. Eso sí: intentemos ser unos humanos sensibles.

Vayamos hacia ese universo que nos pertenece y que nos regala buena parte de la emoción con la que andamos un año y otro. Seamos y sellemos los usos más nobles. No malgastemos los tiempos. Nos hemos de acostumbrar a lo entrañable y leal. Limpiemos las miradas y desmenucemos lo que nos brinda magníficos brillos. La espontaneidad ha de ser estandarte y el altruismo también.

Las eras de la concordia nos han de distraer con inclinaciones hacia los más necesitados, que hemos de proteger como las joyas de la corona que son. Con edificantes acontecimientos nos iremos alimentando de dulzura y cariño. Es cuestión de tiempo que seamos y estemos donde debemos. Lo es.


Juan TOMÁS FRUTOS.

Conectamos

Nos gustamos.
Lo sabemos
en este silencio
que nos hemos impuesto
y que, con el paso del tiempo,
vemos que no es rentable.

Nos gustamos mucho:
solo el pensarlo
nos hace muy felices.

Volver a la realidad
nos rompe un poco,
pero somos conscientes
de que hallaremos la libertad
y la esencia para dar
con lo que precisamos,
que es juntar
lo que conocemos.

Pronto será.
Conectamos.

Juan T.

Por siempre

Necesito que me mires como sólo tú sabes, que me cuentes lo que sientes, que sigas por ese umbral que mueve sin batallas.


Comunico con la voluntad de unos seres que llegan con empatía total. Nos hemos de sugerir unas sorpresas nuevas que nos han de dar esa parte más grata.

Nos inquietaremos con normas estupendas que nos dirán hacia dónde marchar cuando la existencia sea menos compleja.

Hemos de indicarnos una calidad que nos conducirá por registros flameantes. Tomemos el punto de mayor emoción.

No apaguemos la disponibilidad que nos puede sanar. Hemos emplazado respuestas que nos curarán. Somos y seremos por siempre.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

Vigila

Vigila tu deseo,
que puede que coincida
con el mío más genuino,
y todo salte,
de ejecutarlo, de llevarlo a cabo,
hacia un mundo maravilloso
que no podremos detener.

Vigila,
que nos sorprenderemos
cuando menos lo esperemos.

Juan T.

Juntos

Juntos
damos con la garantía
de una salud mental
que nos aparta
de la soledad y la desdicha.

Juntos
hay futuro y deseo,
y renovación,
y más y más alegría.

La respuesta es clara:
Juntos.

Juan T.

Nos quedará la gloria

Besamos
esa nube viajera
que sabemos
que no volveremos a ver.

La besamos
sabiendo que el sueño
se marcha apenas comenzado.

No nos importa:
nos quedará,
como dijo Marco Aurelio,
la gloria de haber sido
en la efímera eternidad.

Juan T.

Lares no supuestos

Hemos de convenir razones que permitan el consenso, la paz, la voluntad de ser y de llegar donde todo tiene un trecho de entendimiento.

Nos hemos de bastar desde el buen comportamiento. Nos alegraremos en los nuevos inicios, que nos dirán que es posible seguir con causas que no nos dejarán en parte alguna.

Nos haremos caso. No pongamos ejemplos que nos distancien. Nos hemos de entender desde el fondo y en la forma.

Tomaremos el café de la emoción. No pasemos de largo. Nos hemos de disponer con criterios y permisos entretenidos.

La existencia se convierte en cuanto es con unas razones que nos harán volver por los lares no supuestos. Amemos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Meta

Exportamos deseos
que se unen
a los objetivos
de una vida en pos del amor.

No hay mejor meta
que querer y ser querido.

Juan T.

Con magia

Escribimos los deseos
en un aire que nos refresca.

Los minutos nos saben
a fortuna,
y regresamos a esa etapa
que nos envuelve
con flores.

Nos buscaremos con magia.
Ahora y siempre.

Juan T.

Atento estoy

Te recuerdo
en este día que se llena
de calor ausente
y de nostalgia
por el premio
de una razón que regala amor.

Te expreso
mi sensación no herida,
pero sí dislocada,
por lo que no termino
de comprender.

Te busco en una idea,
y algo veo.

Eres el talismán
que toda la suerte procurará.
Atento estoy.

Juan T.

Secuencias de dicha

Nos daremos seguridad
con ese beso
que nos devolverá
a lo genuino
y sin reservas.

Hemos hablado de querer.
Toca la acción ahora.
Las brumas nos inundan ya
con reformas y recuerdos
de todo cuanto seremos
en secuencias de dicha.

Nos llamamos la atención.
Vendrá mucho,
y bueno, muy bueno.
¡Vamos por el beso!

Juan T.

En mi cobijo

Pido amor:
llega en forma de condición,
y sé que no lo es,
porque, cuando es un sentimiento puro,
nada le obliga.

Espero el cariño:
con un maravilloso anhelo,
lo espero en mi cobijo.
¡Estamos los dos!

Juan T.

Pláticas

Restauramos los anhelos de una juventud que nos pertenece porque la vivimos en paz y en comunión con los demás. Formalizamos mucho. Queda.

Nos esforzamos en el día a día por dar con los elementos que nos apartan de cuanto fue extraño. Hemos sugerido y vivido.

Nos las apañamos como podemos con exposiciones de caricias que nos conducen por sendas de querencias aplicadas.

No hay vacío. Hemos apostado y casi ganado en la nueva expresión de lo distinguible. Nos hemos reclamado todo.

Las existencias tienen criterios que se comparten con empatías que nos explican lo que fue y cuanto será. Hemos vehiculado las pláticas. Aprendemos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Beso sanador

Nos damos un beso
que sana
en un umbral
que nos aparta
de la soledad y del cansancio.

Ya estamos en ese estadio
al que aspiramos
con legitimidad y dicha.

Ese beso, el otorgado
con voluntad y placer,
nos salva,
y ahora toca demostrar
que ha merecido la pena.

Juan T.

Sabor de la victoria

Comunicamos un sentimiento
que nos hace únicos.
De algún  modo lo sabemos
y lo expresamos de nuevo,
en un proceso eterno
que nos procura estadios de amor
y de enorme belleza.

Nos expresamos como somos,
en lo que somos, por lo que somos,
y pedimos flamantes trances
de los que sacaremos el sabor
de la victoria.

Comunicamos con hechos.

Juan T.

Bondad

Vamos a sernos sin rodeos, procurando que las cuestiones fundamentales nos lleven por los caminos del deseo. Hemos de consolidar las actuaciones.

No figuremos donde no terminamos de entender lo que somos y el porqué. Nos aclamaremos con reglas de oro en la permanencia total. Nos causaremos anhelos básicos.

Fomentemos los aires de una juventud que se instala en la mente si sabemos potenciarla. Nos hemos de rescatar de la desidia.

Pongamos lo más hermoso en la voluntad de una estancia que nos ha de llenar de buenas vibraciones. Nos fundiremos con la verdad.

Sepamos los motivos de este encuentro, más que nada porque procuraremos mantenerlo firme y con argumentos para edificar una bondad mucho más alta y fortalecida.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Entender

Caminamos entre seres
que nos quieren,
y lo conveniente es que lo recordemos
con paralelismos y fuerzas.

Ver y entender
supone empeño, bondad y deseo.
Por ahí hemos de movernos.

Juan T.