Nos nombramos
sin decir
lo que sentimos.
Lo cierto es que no sabemos
ni ese porqué
que nos alimenta
desde hace tiempo.
La mañana nos une,
y lo de la tarde,
como sabemos,
será espectacular.
El día comienza
con la mejor perspectiva posible.
Juan T.
Hagamos que todo vaya con un buen humor, que el deseo fluya hasta vernos de nuevo, con lo mejor, con destreza.
Vamos a superar
los avisos de una juventud
que renovaremos
gracias al amor.
Nos diremos
lo que sentimos
cada segundo de un día
que extenderemos con la impronta
más saludable.
Vamos a superar
cualquier obstáculo
sabiendo que el sentido
lo ponemos nosotros,
y en lo crucial
no tendremos ni duda ni espera.
Ansiamos ser felices.
Vamos.
Juan T.
Nos queremos
con premisas y promesas
que nos hacen ir
hacia el mar mayor
de un deseo nuevo.
Convenzamos
a quienes vienen
con la mirada puesta
en el mayor anhelo,
que nos procurará libertad
y óptimas caricias
con ansias de vivir en paz.
Nos queremos, sí,
y eso ha de bastar
para que todo lo que hagamos
parezca poco
con tal de alimentar
nuestra vida en común.
¡Esto es la felicidad!
Juan T.
Pide amor,
y de él te daré
hasta que estemos exhaustos
y prestos
a vivir emociones
que consideramos imposibles.
Pide,
que se te otorgará,
y me proporcionaré
en esa entrega que se efectúan
quienes saben
que el secreto de la eternidad
siempre reside en la estima,
que es la antesala del recuerdo
para probar otra vez.
Ahí estamos:
tú pide.
Juan T.
Recuerda que los hechizos nos llegan con vapores de algodón mientras hacemos caso de lo que nuestro corazón nos enseña.
Te pediré mucho. No rememores pasados extraños y trata de seguir por la estela más hermosa, que todo nos lo indica cuando nos preside un buen sentimiento. Hemos aprendido de tanto alegrarnos con besos y abrazos.
Expande lo que experimentas en positivo, y todo será ilusión en un nuevo recorrido que nos apañará cuando todo parezca perdido. El secreto es quererse. Siempre lo ha sido.
Nos hemos de prestar atención con hechos que nos aten a esos deseos cumplidos que nos encantarán. Hemos dado tanto que nos parece vivir otra realidad.
Nos haremos caso en un nuevo encuentro de anhelos compartidos. Nos debemos a la amistad que todo lo procura. Veamos que el tiempo nos da la razón. Ya.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Beso
esos deseos
que me mueven
hacia un umbral
de un mundo nuevo.
Nos escogimos
aún antes de conocernos.
Nos reformamos
con apariencias dichosas
que haremos realidad
todos los días.
Te beso, nos besamos,
y desde ese punto de partida
nos sabemos
en el mejor de los viajes.
Juan T.
Nos debemos enterar de lo que nos merece la pena y ser en la trayectoria que nos transporta con coraje y devoción.
Nos hemos de cuidar con la voluntad de estar donde todo adquiere algo de sentido. Nos debemos procurar estancias más que repletas.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos besamos
ante esta Luna que nos reconoce
como amantes
que buscan en el deseo cumplido
una renovada eternidad.
Y no para vivir por siempre:
lo que queremos
es que el otro persista
con la dicha de estimar
y saberse querido.
Lo valioso
alberga su identidad
en su genuino disfrute
desde la naturalidad
y la más óptima intención.
Todo va por ahí.
¡No hay felicidad más elevada!
Juan Tomás Frutos.
Nos mostramos con recuerdos que son. Nos animamos para dar con las noches que son lunas que nos adecuan.
Hagamos que el amor se cumpla con los requisitos de estancias no dobladas. Sepamos por dónde marchan los honores. Las dudas se han de resolver en los primeros instantes.
Nos regalamos un buen momento para pasar el día entre telas que nos alimenten con enseñanzas calladas, que nos han de diversificar.
Hemos de proponer los instantes de pasión, que nos conducirán por lugares queridos, únicos. No perdamos la perspectiva.
Tendremos mucho espacio entre consideraciones de caricias claras. Nos haremos caso. Todo podrá ser. Nos animaremos.
Todas las tendencias se han de presentar con presunciones y sin prevenciones de entendimientos globales. Ganemos en la trazabilidad.
Todo lo que fue de interés volverá por unos lares de enseñanzas no fugaces. Tengamos en la mano lo que fue y lo que deberá seguir siendo. La vida es un premio.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Nos incluimos
en esa parte de la morada
que llamamos amor
y que todo lo propone
para estudiar y ensalzar
la pretensión ideal y sus ganas
de vivir.
Nos formulamos ajustes
con los que nos metemos
en un nuevo universo de caricias.
Hemos hecho el catálogo,
y ahora nos fundimos
en el futuro perfecto
desde un afán de ser.
Juan T.
Abandonemos
la dimensión que limita
y subamos a lomos
del placer.
Todo lo que aparezca
nos indicará el camino.
Abiertos estamos.
Juan T.
Relatemos las intenciones de quienes vienen en son de amistad. No malgastemos los tiempos. Procuremos estar en la línea que nos alimenta.
Hemos de consolidar los espacios que son y que fueron con reformas y refrendos de cuanto tuvo algo que decir. Nos haremos vivir.
No rompamos la amistad de aquello que tuvo algo de sentido. Hagamos que todo marche. Nos arreglaremos con fortuna y buen hacer.
Rescatemos las ideas que más nos gustan con unos intereses de aficiones singulares. Hemos de ser en la batalla. Nos haremos seguir.
Nos dispondremos en escenarios de pureza y de amor. No nos quedaremos atrás. Nos dibujaremos. Hemos sido y volveremos a estar donde proceda.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Busquemos y observemos
la voluntad de amar
con pregones y actuaciones
que nos deben dar todo.
Los aromas nos llegan.
Seamos más
en la levedad de lo que viene.
No hay prisa.
Los cartones se convertirán
en sábanas de puro abrigo.
Busquemos y hallaremos.
El mundo nos sonríe
cada día, siempre.
Juan T.
Razona
con el deseo mayor
y esculpe en tu corazón
lo que siento,
que es más, mucho más,
de lo que puedo mencionar.
Reflexiona
sobre el acierto
de una vida entregada
al amor con un nombre,
el tuyo, conjugado
en primera persona.
Dime
que estás de acuerdo,
y la suerte estará echada.
Juan T.
Vigilo los deseos,
y veo
que los reflejos
denotan un ansia
que nos define
con promesas cumplidas.
Congeniamos
y somos en la amistad
que nos propone
con caricias y libertad.
Miro, compruebo
y siento lo que tú:
los mensajes nos relatan
lo más previsible.
No nos rendimos:
es cuestión de un tiempo
que ya llega.
Juan T.
Debemos llegar donde sea menester para dar con las provisiones de la vida, que nos debe fraguar desde la esperanza.
Nos hemos de comentar. Procuraremos ganar. Nos proporcionaremos amistad con regalos para el corazón. Sepamos sin rodeos.
Iremos donde sea menester. Nos haremos caso. Implementemos las medidas para superar los miedos y las soledades.
Protagonicemos los momentos de genialidad que nos regala el amor. Abramos las puertas del corazón para que nada falle.
Imaginemos un mundo con razones y seamos entre ellas. El amor todo lo puede, todo lo da, todo lo guarda y todo lo esparce. No hay nada que le supere.
Juan TOMÁS FRUTOS.
Superamos el vacío
con una victoria
que nos une.
Nos acostumbramos
a la mayor,
y somos en la costumbre
que nos propone
ser y estar
con lo ideal,
entretejiendo la jovialidad
y su misión,
que es amarnos.
Superamos la tristeza,
y la soledad, y el anhelo
se cumple con fines
que nos propician
ser felices por fin.
Hemos llegado
al origen, a la cuna
de los sentimientos,
y con actos genuinos mostraremos
mucha gratitud, mucha.
Juan T.
Corre hacia mí
y dime que me amas.
Me harás el hombre más feliz.
No pienses otra cosa:
te corresponderé.
No temas,
y corre hacia mí,
hacia mí siempre,
que yo llevo toda una vida
yendo hacia ti.
Juan T.
Notamos el amor
por lo que vivimos,
por su sencillez,
por las brumas
que compartimos y multiplicamos
con genuinas señales
de unos sentimientos
que nos conectan
con cuanto somos y seremos.
Lo notamos,
y estamos contentos por ello.
Juan T.
Nos debemos experimentar con la emoción más intensa. Nos hablaremos con resortes planos que nos darán lo que fue.
