Hemos aprendido a compartir

Llevamos la protesta al interior, y ahí nos rescatamos de un universo de vectores comprometidos con la verdad que nos inunda.

Hemos asumido que podemos. Nos hemos enfrascado en el valor de una memoria que expone casi todo.

Movilizamos. Nos reponemos. Hemos hallado muchos motivos. Nos consultamos. Concluimos. Nos quedamos.

Hemos tomado en consideración la placidez de años pasados. Nos desgastamos. Hemos recogido más vida.

Los años del pasado fueron, pero volverán. Nos quejamos. Nos inundamos. Nos declaramos. Hemos aprendido a compartir, y seguimos.


Juan TOMÁS FRUTOS.

Por amor

Nos saludamos con amor,
y con él mejoramos
cuanto somos,
desde un sí que equilibra.

Nos saludamos de otro modo,
y nos entendemos...
porque es amor.

Juan T.

Es menester


Nos llamamos la atención con recuerdos que nos llevan donde el principio tiene algo de sentido. Nos hemos de subir a la montaña del amor.




Nos consumimos en los años más diestros, con recuerdos que nos llevan donde la paz es todo y más Nos regalamos puentes.




Conmovemos. Nos extraemos con un nuevo deseo, que nos ofrece un poco más de cariño. Los años nos envuelven de juventud.




Los conceptos de antaño nos sirven. Hemos aplicado anhelos de cambios extraordinarios. Nos asumimos.




Los retrasos nos han de prevenir. Nos localizamos con referentes que nos incluyen donde es menester. Nos hemos de considerar.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Seguimos siempre

Detraemos
recuerdos nuevos,
y vamos
hacia el mar.


Allí nos vemos,
nos renovamos,
y seguimos.
Siempre.



Juan T.

Un sí querido

Nos formulamos respuestas antes del fin del mundo, que nos llega. Nos elevamos a la potencia que nos une.




Conformamos buenos criterios, que nos estiran con ganas. Hemos hallado. Podemos con el amor, y somos.




Los valores nos reparan, nos son, nos ponen, nos ubican, nos inquietan, nos recuerdan, nos gozan, nos siguen, nos lanzan.




Hemos de ver donde nace el universo, que nos coloca estupendamente. Nos saltamos. Nos hemos de considerar en paz.




Los años nos sirven desde su grata experiencia. Hemos acudido a varias llamadas que nos aclaran todo, más, con un sí querido.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Sin falta

Amamos sin falta,
y sin falta es.

Llegamos a vernos
con el corazón en la mano.

Y con él sabemos
de verdad de la buena
como somos.
Amamos, y nada falta.



Juan T.

Intentamos ayudar


Nos convencemos de las opciones con un mañana que arrima lo mejor. Nos declaramos en pura amistad.




Hemos convenido que podemos. Nos hallamos con una variedad que es memoria. Nos sumamos una y otra vez.




Concluimos con un acercamiento que nos lleva donde podemos conocernos un poco más. Nos animamos.




Hemos de avanzar todo lo que podamos. Los contrastes nos sirven más y mejor con un tono que nos regala orgullo.




Hemos apaciguado los ánimos. Los conceptos nos regalan buenos momentos, brillantes, puros, de felicidad, y avanzamos, siempre lo hacemos, intentando ayudar cuando podemos.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Por el beso


Te beso
y avanzo con ese espíritu
que compartimos.



Besamos
la prontitud que es gana.
Ya nos vemos.


Estamos juntos
incluso cuando no hay presencia.

Es el beso,
por él, por ti.



Juan T.

Llegaremos

Nos colamos por el anhelo que es gloria sin fingimiento. Nos hemos de aderezar de paciencia con decoro. Vamos llegando.

Los años pasados nos traspasan con recuerdos que empinan los sueños. Nos hemos alertado. Estamos juntos. Hay más.

Nos hemos de entregar a las impaciencias para atender lo que nos vino con un recuerdo nuevo. Nos alimentamos.

Nos alegraremos de lo que suceda en un cambio de filosofía, que nos ha de llevar hasta donde podremos crecer.

Nos alimentaremos con los gozos, con los sueños, con las verdades, con los destinos. Hemos tomado lo bueno en consideración. Llegaremos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Dejarlo venir

Nos serenamos
con la mirada,
y nos apasionamos
con un beso.

Vamos tomando sorbos
de preferencia y de penitencia
sin que sepamos atajarlos.

Cuando prima el amor
todo viene con sorpresa.
Y, claro, de lo que se trata
es de dejarlo venir.
¡Que no falte!

Juan T.

Promete


Llega este viernes, y lo hace con el legado de las travesías que nos invitan a pasar por oasis y desiertos. Nos hemos de quedar con las bendiciones, y dejar muy atrás lo que nos cansó con motivaciones incomprensibles. Alguno hay que se mofa, pero ése es su problema, y lo sabe. 

La historia está llena de ofertas, de ocasiones, de mutaciones para prosperar. Verlas es cuestión de principios y de actitudes. Las cuentas se hacen al final, y a menudo es mejor que ni eso. La vida es vida, siempre lo es, y de esta guisa la hemos de percibir. Lo que estorba lo hemos de dejar fuera. 

Se extiende, en consecuencia, un nuevo día, y, aunque nos parezca con bríos desconocidos y puede que hasta sin hilo conductor, recordemos que no se escribe ninguna página sin soportes y elementos convenientes, que hemos de poner y de reponer.

Miremos alrededor, y observemos todo cuanto nos merece la pena. Aseguremos que la existencia es lo más hermoso. En este sentido hemos de colmar la parte más generosa con una auténtica vocación de amar y de consentir ser amados.

Mediemos en lo que nos sucede y pongamos lo más razonable en la dirección emprendida. Nos hemos de aprovisionar de sonrisas y de altruismo. Todo lo que nos hace alegrarnos tiene que ver con la actitud positiva y sencilla. 

Quizá éste sea el consejo reiterado y tópico para una jornada que, pese a todo, promete que, si lo intentamos, no pasará desapercibida. Hagamos que sea excepcional.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Puede con todo


Hace tiempo que se subió a la vida, y por eso se enfrenta a la muerte. No teme, o sí, a su peculiar modo, pero demuestra que se puede sobreponer. Hay respeto. Tiene leal aspecto de murciano, concretamente del Mar Menor.

Posee, pese a su juventud, un don especial que conmueve, que traspasa, que alimenta, que nos traslada donde puede y como puede, que mucho es. Le seguimos con devoción. Merece respeto.

Le consuela el momento, que en general nunca controlamos. Hemos aprendido la lección de él, de su tolerancia, de su mirar con perspectiva, de aceptar que el universo a veces se encona y brinda con un tono que se emparenta con el valor de sus ancestros, que crecen ante su figura.

Ha visto caer y levantarse, y ha aprendido más de lo segundo. Las respiraciones se acompasan con instantes de dolor, que supera con el apoyo de los más cercanos. A estos adeptos se los ha ganado el paisano Ramón Serrano.

Es un súper-héroe. No lo sabe, pero lo es. Ha dominado el pavor y las tentaciones de quedarse atrás. Puede con lo que surja. Lo demuestra cada tarde ante el toro y sin él. Y lo mejor es que apenas está empezando.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Algún día


Algún día te diré
lo que te amo,
con cantidades y calidades,
con aristas, con recuerdos,
con lo que fue,
con lo que queda,
con lo óptimo,
con más y más conceptos y elementos,
con referencias y dichas,
con soledades también...

Seré en la libertad
de expresarte a lo grande
mis consideraciones, muchas,
y seguiré por esa estela
que me marcas constantemente.

He aprendido
a esperar, a tolerar,
a ver cuando miro,
a saber estar
incluso perdiendo un poco
el escaso juicio que tengo.

He aplicado remedios
a los tonos
que me resbalan
por doquier, una y otra vez,
sin que sepa
lo que pasa,
pero percibiendo que sucede
algo bueno de verdad.

Puede que algún día
te diga algo parecido
a esto que ahora reseño.
Le pondré nombre, claro,
te lo pondré,
para que tenga así mérito,
y no hablo del mío,
sino del tuyo.
Tú haces que exista
el genuino amor.

Como intuyes,
solo soy un intermediario,
sin más vocación
que el provocar
buenos sentimientos
y la eternidad de la estima,
que será garantía crucial
si estamos juntos.

Al menos lo intentaré.
Algún día te lo diré.

Juan Tomás Frutos. 

Tú y tu amor


Me cruzo
en el camino de la verdad
con amor.
Por eso lo es,
por eso soy.

Me recorre el alma
ese deseo
que no cambia
y que en todo caso suscita
felicidad de la buena.

Me entretengo
en esa intersección que llena.
He sido en la grandeza
de una emoción
que aclara
hacia dónde movernos.
Hay un trecho
que recorremos
con sensaciones complementarias.

Amamos, admiramos,
nos congregamos
en torno a ilusiones, a sueños
que nos llevan
de un lado para otro,
mecidos por el viento.

Nos hemos crecido y creído
con reseñas maravillosas
de paño y aceite
en la madrugada eterna.
Nos rozamos con gozo
y seguimos sin miedo.

Todo lo que empezó
se detuvo y siguió
como ese limón de mi Murcia
que brilla y sana,
tanto como tú y tu amor.

Juan Tomás Frutos.

Amor y pasión

Nos refugiamos
en el amor,
y en él hallamos calor.

Nos elevamos
a la potencia máxima,
y con ella nos paseamos
por donde podemos ser.

Hemos tenido
la gran suerte
de existir con él,
y, además, con su hermana,
la pasión.

Juan T.

Nos consentimos

Nos congratulamos con el compromiso de cumplir con el tono adecuado. Hemos de ser en la victoria máxima.

Nos hemos formulado preguntas y respuestas. Nos quedamos donde corresponda. Hemos aclarado que somos capaces.

Nos emparejamos. Hemos sido en el todo que alimenta. Nos anochece y nos levantamos con las gratitudes de quienes aprendieron.

Nos destacamos con noches que son en la aventura que todo lo pregona. Nos pensamos. La vida nos sigue con un poco de más.

Nos tonificamos. Nos afirmamos que es posible. Nos debemos a la amistad que es entre afectos. Nos consentimos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Sabemos

Nos comprometemos a salir adelante como si todo el bien del mundo se aliara con cuanto somos. Nos provocamos con planes claros.

Hemos tomado en consideración lo que viene de camino, y ahí nos vemos bien. Saldamos dudas y deudas. Nos consideramos.

Apostamos por remedios que nos colocan donde todo alberga algo más de sentido. Hemos sido con tentativas claras.

Tendemos la mano para hallar las motivaciones de una era destacada. Nos hemos mirado bien. Hemos sido en otra apuesta.

Las claves nos conducen por doquier, y nos vemos. Somos sin apatía. Nos hemos de maravillar más y más. Sabemos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Buenos valores

No nos juzgamos.
Amamos sin miedo,
y sin miedo avanzamos
hacia ese mar
que nos nutre.

Nos quedamos bien.
Nos valoramos.
Retratamos valores,
que buenos son.



Juan T.

Bien vamos

Atravesamos los escenarios que no aportaron nada, y seguimos por los lares que nos procuran señales de victoria.

Hemos recibido los encargos más bondadosos, y avanzamos como si el milagro fuera posible, que lo será de algún modo.

Nos instalamos en las diversiones más potentes, con criterios de perfecto entendimiento. Nos hemos dicho que sí.

Buscamos las opciones en una era de recursos infinitos. Nos hemos encumbrado. Los conceptos son claves. Nos regalamos más.

Los destacados instantes de pasión se repiten como si todo tuviera un sentido. Nos hemos enseñado bien, y bien vamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Más que un juramento

Juramos amor,
y amor tenemos.
Lo sabemos los dos
en este universo reiniciado.

Todo fue, todo es,
y casi todo será.
Más, sin duda,
que un juramento.

Juan T.

En la búsqueda de valores

Nos consumimos ante la esperanza de un nuevo día que nos ennoblece con preferencias más que deliberantes.




Nos hemos de comentar lo que merece la pena. Hemos hallado casi todo. Nos doblegamos. Nos subimos al desván.




Hemos resuelto dudas. Nos comunicamos estupendamente. Descollamos estando juntos. Hemos solventado los problemas con criterios sustanciales.




Sobrevolamos la vida con más vida, y somos en la trayectoria que nos propone qué hacer en cada instante.



Nos hemos sentido con la versión más honorable. Nos comentamos con impresiones que surgen de cualquier iniciativa, incluso de dudas. Somos del algún modo en la búsqueda de valores.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Donde debemos


Nos colocamos
ante el amor mismo,
y le preguntamos.


Hay un deseo ferviente,
y un silencio enorme.



Todo tiene sentido
ante él,
incluso cuando no hay respuestas.


Al menos sabemos
que estamos donde debemos.



Juan T.

Nos complacemos

Mejoramos ganas, y nos vamos hacia ese umbral que nos provoca en positivo. Hemos hallado. Mucho queda.

Nos enrutamos en el camino que tanto nos gusta. Nos realizamos. Hemos seriado los elementos de antaño.

Nos marchamos. Nos reponemos. Hemos sido en la misma voluntad que calma. Nos coaligamos con los recuerdos, que fueron más y mejores.

Las historias llegan, nos hacen felices, nos conforman, nos preparan, nos siguen, nos dicen, nos manifiestan, nos proponen, y seguimos, siempre seguimos, como si todo fuera real.

Contrastamos las divisas de los años mozos con aquellas que ahora sostenemos. Todo va bien. Eso es lo importante. Nos complacemos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Adelante

Nos distinguimos
con la paciencia de antaño
y con el amor de ahora.



No puede haber fallos,
y, si los hay, nos distinguiremos
por seguir adelante
con una disculpa.



Juan T.

Toca


Ajustamos los buenos anhelos con unos planteamientos que nos recrean con arte. Hemos hallado muchas motivaciones. Nos atendemos.




Configuras una destreza que nos conduce por itinerarios más que poderosos. Nos hemos de ver con cautela.




Nos insistimos con una premura que nos lleva donde el coraje nos vale de buena manera. Hemos sido varias veces.




Nos continuamos. Hemos de contrastar las caricias con unos toques maestros que nos dictarán las posibilidades que nos rodean.




Nos hablamos. Nos hemos de retirar. Las bellezas de otras etapas nos suenan con todo el gusto posible. Hemos hablado. Toca.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Amor

Respondes a todo
con actos buenos;
y con bondad
todo tiene una respuesta
que consideramos adecuada.



Contestamos
con premisas claras.
Es amor.
Todo, sí.



Juan T.

La música que necesitamos

Resolvemos algunas dudas con pasatiempos que nos controlan. Nos comentamos.  Hemos añadido lo básico.

Nos hemos quedado donde las versiones nos trasladan con bravuras que repiten cuanto fue. Hemos hallado más y más motivos.

Nos declaramos. Hemos supuesto. Las existencias nos controlan en lo básico y en lo mínimo. Salimos hacia la señal que nos da fuerza.

Las dosis de emoción que necesitamos nos añaden textura y trecho para no olvidarnos de lo que nos enriquecerá.

Nos hemos dispuesto con palabras que preparan el itinerario que nos enseñará la salida con diversión. Iremos tocando la música que necesitamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Del alma

Medicamos
los cuerpos, las mentes,
los razonamientos,
pero a veces nos olvidamos
de los espíritus,
de las esencias,
de lo auténtico,
y permanecemos
al albur de la nada,
que es lo que queda
tras la materia.

De lo que tiene que ver
con el alma
surge todo,
lo bueno y lo malo.

Juan T.

La suerte


Te mueves al ritmo de quien se inspira por una soledad, o puede que por una malagueña. Te imaginas en una taranta, con sueño, viendo el destino en la faz de un toro, que escucha, de algún modo, un martinete.

Mueves los brazos como la Naturaleza, con lentitud y seguridad, con gracia. Es un baile ritual, de consideración al mundo, a ti, en pos del mejor anhelo, que te embarca en la emoción contenida.

Te llenas del momento. Cambias el tercio, y reclamas más atención. Todo está prestado. Es así. La vida es de esta guisa. No se trata de analizar, sino de comprender.

Bailas, caminas, toreas, rezas, acompañas, experimentas la soledad. Estás con alegría y tristeza en el "tablao" y en el albero. Cruzas el umbral, y todo es incertidumbre, que te sube la adrenalina.

Casas con tu público, y éste contigo. Nos ennoblecemos mutuamente. Llamas a las puertas de unos corazones que hace cientos de años que viven en comunión. Ya se sabe que no es cuestión de cantidad, sino de calidad.

Sales en busca de la suerte, en el baile, toreando, y ahí está, ella, pendiente de ti, y, claro, tú de ella.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

Saber estar bien


Nos alegramos
en esta nueva vivencia
que recorre las almas
de quienes gozaron en soledad
y también en compañía.

Exprimimos lo mucho,
lo poco,
con gracia y sin prisa.
Todo irá ocurriendo.
Los años nos destacan
cuanto fue, más incluso,
desde la deferencia más inmediata.

Hemos asumido
que las condiciones
nos han de avalar
con bravura y sensaciones diáfanas.

Nos aceptamos
como somos, delicadamente,
y nos mostramos
con las resaltadas caricias
que nos envuelven repetidamente
con recuerdos
que nos apañan.
Mejoramos, sí.

Hemos referido espacios,
y en ellos defendemos
la pura libertad,
que nos declara
las posiciones más humanas.

Hemos ofrecido órdenes
que consensuamos,
que nos endulzan,
que nos amansan,
que nos aquilatan con azúcar.

Vamos cultivando
lo que nos hace felices.
Vemos que es el camino.
Por ahí seguiremos
sin más consejo
que saber estar bien.

Juan Tomás Frutos. 

Regresaremos

Reclamas las opciones con las que nos manifestamos en sentencias que nos valen. Hemos asegurado que seremos.

Nos volcamos en los rellanos de una amistad que fue con un tono mágico. Nos maravillamos. Hemos asegurado procesos.

Nos ponemos a sumar, Hemos dado con lo adecuado. Los años mozos nos vuelven transparentes. Nos damos palabras nuevas.

Nos averiguamos con voces que unen al instante más peculiar. Nos rezamos. Nos entrelazamos con las palabras interesantes, que llenan.

Los elementos de antaño nos aclaran lo que podríamos hacer en otra etapa. Nos subrayamos la amistad que fue. Regresaremos.

Juan Tomás Frutos. 

Rumbo

Supondrás
que sí,
y podrá ser que sí.

Imaginarás que no,
y será no
casi con toda seguridad.

La vida lleva
el bueno o el mal rumbo
de tu timón.

Juan T.

Llamamientos dobles

Nos hemos reservado con la cautela de quienes se ven con una voluntad que une de principio a fin. Nos ponemos a curiosear.

La vida tiene un plan A. Luego nos vamos por otros itinerarios. Los convenios sirven, se complementan, son.

Nos hemos superado con una pretensión que nos pone en el sitio ideal. Tardamos para estar. Los elementos son puras riquezas en las manos de unos seres que nos aman. Por eso mismo lo son.

Nos subimos al desván donde vemos las mejores películas. Nos damos opiniones más que válidas. Construyes, y es.

Nos multiplicamos para estar donde debemos. Hemos hallado muchos motivos. Nos convencemos. Los llamamientos son dobles.


Juan TOMÁS FRUTOS.

Más

Nos deseamos.
Lo vemos.
Y aún nos pensamos más.
Sigue el ciclo.
Más.

Juan T.

Nos exponemos


Nos llamamos la atención con un recreo que nos hace vivir de la mejor manera posible. Nos vamos hacia el mismo mar.

Nos hemos consentido. Los hechos son los que son. Nos volcamos en experiencias nobles. Nos hemos atraído.

Nos reformamos y reponemos con aires de pura juventud. Nos hemos atendido desde siempre. Nos gozamos.

Reiteras los esfuerzos en los que somos más y mejores. Nos hemos multiplicado. Pedimos. Respondemos. Recreamos.

Hemos insistido con valores que nos ponen a prueba. Hemos llegado. Somos en la máxima atención, y nos exponemos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Soy

Me bebo
el amor que me hace,
y soy en ti.

Me haces disfrutar.
Me haces.
Soy.

Juan T.

Vivimos algo más

Nos engatusamos con las voluntades que nos miden y permiten seguir con una creencia de hierro. Nos somos en la mejor consideración.




Vivimos en un paño verde que nos recorre el alma con una querencia más que bonita. Nos volcamos en cuanto fue.




Los años de antaño nos sirven con pláticas que admiten requerimientos básicos. Nos alzamos. Presentimos.




Diseñamos los instantes básicos con unos recorridos sensacionales. Hemos dado con las hermosuras de siempre.




Nos situamos donde podemos ser. Los años nos unen. Hemos entendido todo lo que pasa. Hay algo más, y lo vivimos.




Juan TOMÁS FRUTOS.

Lleno


Hermoseas
con todo el amor
que llevas dentro.



Resplandeces
con buen humor.



Me llenas.



Juan T.

Estamos bien

Nos tildamos con la mejor experiencia. Nos hemos de hablar del mejor modo. Nos notificaremos con esperanza.

Hemos de salir hacia ese lugar que nos quitará el paño con el que nos movíamos de un lugar para otro. Seremos finalistas.

Los años nos han de proponer los mejores presentes con un toque que hemos de ver en la magia más absoluta.

Los convencimientos son propios. Hemos ubicado las destrezas con unos amores que nos dirán que es posible.

Todo nos vale de algún modo. Hemos separado lo que no aporta y hemos significado lo que tiene mérito. Estamos bien.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Ahí


Giramos hacia el amor,
y ahí mismo,
en esa intersección,
nos vemos.

Juan T.

Algo más de sentido

Nos multiplicamos con recomendaciones que nos llevan donde la misión nos hace vivir lo posible. Nos hemos repuesto.

La vida nos propone consideraciones que nos dan más palabras. Nos engatusamos. Hemos respondido a las visiones de una era que nos atrapa.

Nos convencemos de exposiciones ante una coyuntura que nos previene con sus toques maestros. Nos hemos enseñado.

Asumimos ese todo que nos declara opciones que nos permiten progresar. Hemos llamado al destino, y éste nos implica.

Los aspectos básicos nos conmueven. Hemos abarcado un poco más. Llegamos donde todo tiene algo más de sentido.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Deseo

Vislumbramos el deseo,
y le ponemos nombre.

Los detalles
irán apareciendo poco a poco.

La idea,
ya lo anticipo,
es que no se extinga.

Juan T.

Alegres en la unidad

Nos comprobamos con una amistad que fue en la esquina primera y última. Nos hemos enseñado a amar. Nos deseamos.

Los años de antaño nos van sirviendo con una tormenta que podemos considerar perfecta. Nos gozamos.

Hemos añadido espacios a los deseos que nos prueban desde la mejoría constante. Nos apañamos. hemos señalado la salida.

Nos incrementamos con un tesón que promueve constantes soluciones a lo que tuvo mesura y prudencia para seguir.

Nos hemos soñado otra vez. Queda mucho trecho que andar. Iremos llegando tan pronto sea preciso. Nos alegramos de ser y de estar en la unidad.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Con los ojos cerrados

Buscamos en la comisura
y hallamos
en el centro perfecto.

El amor nos conduce
hasta con los ojos cerrados.
Eso sí:
hemos de saber la velocidad
que queremos,
y, a veces, la que conviene.

Juan T.

Arriesguemos


El tiempo pasa muy deprisa. Siempre decimos que el ritmo es demasiado trepidante. Lo es, pero no deja de ser un tópico: a menudo desaprovechamos ocasiones, momentos, instantes, segundos, que valen toda una vida, y luego decimos, sempiternamente lo glosamos, que nos falta ese minuto esencial para dar con lo que perseguimos. Reflexionemos sobre ello.

Sería deseable aprender de la experiencia, de la propia y de la ajena, pero habitualmente no sucede de este modo. Incluso, como sabemos, tropezamos varias veces en la misma piedra al no sacarle partido a ciertas oportunidades. No obstante, no es cuestión de agobiarse, que hoy es un día muy saludable para hacer propósito de enmienda y para encomendarnos a los buenos hados, que los hay, y con los que debemos contribuir para que todo marche sobre ruedas.

La existencia está colmada de frutos de esperanza y de fe, de posibles encuentros con personas y en circunstancias que nos muden las perspectivas y también las intenciones con las que nos movemos. Las citas, previstas o no, cerradas o no, nos ofertan nuevos conocimientos, saberes de primera mano o curtidos por las etapas de una historia donde demasiadas cosas se repiten.

Por ello, de vez en cuando hay que arriesgar: para esa actitud, que ha de superar el miedo a la transformación, necesitamos mucha pasión. Con ella comenzamos el día, otro buen día, el nuestro, el elucubrado, el compartido desde la confianza de que el mundo puede mejorar, siempre, claro está, empezando por nosotros mismos. En realidad, como subrayaba John Lennon, "todo lo que necesitamos es amor".

Juan Tomás Frutos. 

Torero


Me subo al autobús. De vez en cuando me gusta perderme sin mirar el reloj por alguno de los rincones de la Región. Pido permiso en casa, y me voy. En este caso emprendo un recreo por el interior. Me encantan sus paisajes. Son únicos en una tierra variada, con imprevistos, con contradicciones, con aspectos secos y húmedos que nos enganchan.

En una población determinada alguien excepcional se sube. No lo percibo en ese momento. De hecho, reparo en él al tiempo, cuando llevamos un trecho importante. Está en el asiento de al lado, pasillo por medio. Tenemos opción de mirarnos, pero, fundamentalmente, de escucharnos.

Viene, o eso reseña, de casa. Ha estado unas horas. Habla de éxitos y fracasos. Me pregunto por qué no irá en coche. Después pienso que igual es un nostálgico como yo, al preferir un medio público, que no deja más que una estela genérica y no adquiere más obligaciones que abonar el billete y respetar las normas de convivencia en el vehículo.

Ahora sí me fijo en él. Apunta que quiere ser torero, de los buenos, de ésos que ganan fama, honra y dinero. Refiere las dificultades, que conoce bien. No tiene prisa, pero tampoco está dispuesto a detenerse. Ya ha hecho pinitos, según afirma, con reconocimientos de juventud. Todo está dispuesto, y llegará la oportunidad, claro que sí.

Nos despedimos. Sabemos que nos volveremos a encontrar. Los caminos que no tienen puertas son así: espejos para hallarse.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Tan cerca como podamos


Movemos ficha.
Estamos unidos,
juntos, en el inicio
que es final y ciclo a la vez.
Nos trasladamos.
Parecemos felices.

Somos capaces
con un límpido aire
que nos llena,
que nos propone seguir
hacia la novedad
que es fuerza.

Tomamos la dosis
de la esperanza mayor,
y somos
en la grata confianza
que confunde y vincula
para siempre.
Funcionamos.

Nos hemos corregido
sin apariencias,
en la presta medida
que nos considera desde el bien,
en la parte mayor,
con la premura que calza.

Nos calentamos.
No hay vacío,
o sí,
y seguimos,
o no.
Posibilitamos
ante las opciones
de un futuro que aguarda.

La existencia
tiene ocasiones óptimas y pésimas,
y de todas hemos de aprender.

Las finalidades,
muchas, crecientes,
nos deben honrar
con leales ejemplos.

Tenderemos la mano,
y con ella nos plantaremos
tan cerca como podamos.

Juan Tomás Frutos.

Traspasamos

Nos cumplimentamos con arreglos claros que nos destacan lo que fue. Hemos llamado la atención. Nos suplimos.

Los deseos son buenos. Nos preparamos con personalidades que nos activan. Hemos respondido bien. Los años siguen.

Los conceptos son trasladables. Hemos respirado estupendamente. Nos buscamos con tesón. Nos resolvemos.

Nos resaltamos. Nos recreamos con estilo. Nos apasionamos. Nos demostramos que podrá ser. Traspasamos.

La vida es un consejo tras otro hilados por la experiencia más hermosa. Nos hemos colado en el sitio más estimulante. Nos celebramos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Pude

Pude mirarte.
No me quise arriesgar.
Pude decirte,
y callé.

Los miedos son así:
funcionan con razones
más que extrañas,
fuera de contexto.

Pude indicarte,
pero me quedé atrás.

Nos habíamos formulado
todo lo mejor
con lo mejor que éramos.

Nos faltó valor.
Es un círculo malo,
nefasto, rudo,
que empequeñece.

El retrato quedó a medio.
Pude.

Juan T.

Un poco más

Vivimos la fantasía de una vida que nos recorre con esperanza, que es en la voluntad de estar donde debemos. Hay mucho.

Los convencimientos de años mozos nos recorren el alma con una creencia que es buenaventura. Nos añadimos al mar.

Los consuelos vienen de las buenas miradas, que suman. Nos agarramos a cuanto pudo ser. Nos hemos pensado.

Preferimos lo que podemos realizar en un área de penitencias y querencias ubicadas en el mismo sitio. Nos paralizamos un poco, pero conseguir avanzar. No lo olvidemos.

Los anhelos se van cumplimentando entre nuevos objetivos que nos dictaminan todas las distancias, y puede que hasta un poco más.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Amor perfecto

Vislumbramos
el amor perfecto.
Sabemos que lo es
porque no pretende serlo.

Lo vemos
en cualquier acto,
en la vida diaria.
Sin más,
ni menos.
Lo es.
Por eso.

Juan T.

Aprendizaje

Nos quedamos boquiabiertos en la larga espera de un amor que no pone trabas, pero tampoco facilita lo que no merece la pena.

Nos hemos mostrado como somos. Predicamos con trigo, y estamos donde debemos. Es fácil y difícil al mismo tiempo.

Nos hemos comprometido con la verdad que nos implica en las muestras más consentidas. Nos declaramos con posiciones no hostiles. Nos hemos superado.

Custodiamos las presencias con unos dones mágicos que nos implican con importancias nada relativas. Nos volcamos en los buenos deseos.

Vamos llegando con unos presentes que nos convierten en mágicos. Hemos aprendido mucho, y lo que nos queda, claro.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Asociación


Me hablan de amor,
y siempre sale tu nombre.

Me hablan,
y eres tú.

Ya todo va asociado.



Juan T.

Siempre somos

Dibujamos un tesoro que nos llena de emoción con una intensidad que nos previene en el mejor instante. Nos apasionamos.

Hemos recordado lo que fue con un tino que nos provoca qué hacer hasta el punto de más altura. Nos exponemos.

Yacemos entre amores que nos recuerdan que los pasos son los que son. Hemos resurgido. Volveremos a estar.

Los conceptos básicos nos sirven para aunar los criterios de antaño, que buscan palabras con creencias en el futuro.

Nos hemos atendido con el mar de fondo. Nos destacamos con posibilidades que nos llevan al frente, y somos, siempre somos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Es la vida

Añadimos un paso
que ronda
los buenos deseos.

Nos preparamos
para estar donde sea.
Nos ponemos
en el mejor sitio.

La vida es.

Juan T.

Con testigos

Maniobramos para estar en ese lugar que se nos antoja como previo a la voluntad y a la creencia en uno mismo.

Volvemos por donde fuimos, y somos donde la intención es algo más que un anhelo. Nos hemos subido al desván.

Cultivamos y cuestionamos desde las emociones más densas, que nos colocan en nuestro sitio. Nos debemos mucho.

Hemos corregido los momentos más claros. Nos clasificamos. Nos arreglamos. Hemos aprendido. Continuamos.

Hemos asumido voluntades que nos llevan donde todo es un poco mejor. Nos dominamos. Hemos sido con testigos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Vinculados

Vinculamos
los buenos deseos
y nos dejamos ir
hacia ese mar
que alimenta
sin bravura.

Nos unimos
en hechos y razones,
y todo sigue en armonía.
Como fue,
como soñamos,
como debe ser...
Vinculados.

Juan T.

Compartimos

Pensamos en todo lo que podemos hacer, y nos aclaramos en los relatos que son trances finales para completar el ciclo.

Nos alimentamos con los dones y criterios de quienes saben que han de girar hacia otro lado, con una mejoría constante.

Nos debemos al bienestar mayor, con una suerte de penitencia. Nos declaramos en rebeldía. Hemos sido. Los tonos son ácidos.

Nos soñamos. Hemos supuesto un sí que es mayúsculo. Nos apremiamos. Nos debemos a los sones más singulares.

Los débitos son muchos, más, los de siempre, con suposiciones que nos hicieron deducir. Ahora entendemos, y compartimos esa sabiduría.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Sanamos

Sanas
con devoción,
entre voluntades
que nos entregan
a la pasión misma,
que ama como sabe.

Hay deseo y admiración.

Sanas,
y me vuelvo sano yo.

Juan T.

Lo menesteroso

Nos explicamos con todo tipo de causas, que nos recuerdan que podremos ir muy cerca, un poco más, con ánimos diáfanos.


Nos alimentamos de esos peces que nos inclinan hacia la amistad permanente. Hemos agotado algunos esfuerzos.


Nos llegamos con toda la calma posible. Nos hemos sugerido una emoción intensa, y somos con tolerancia mayúscula.


Iremos llegando a ese mar que nos alecciona. Nos confundimos un poco, y un poco más vamos hacia la ilusión permanente.


Los granos de algodón nos encantan para ser y estar donde debemos, con ímpetu, con energía, con todo lo menesteroso.


Juan TOMÁS FRUTOS.

Poniéndonos

Nos iremos poniendo bien
con varios besos
entre sombras y luces
que nos regalarán
bravura y paciencia.


Nos iremos poniendo
Ya.


Juan T.

El caballo


Si hay un animal que desconozco pero que me despierta pasión a la vez es el caballo. Bueno, sí, lo advierto. Incluso he llegado a cabalgar en mis buenos tiempos: digamos que he alcanzado a trotar más bien, para ser precisos. He leído, he visto, he disfrutado de películas con un caballo o una yegua de protagonistas.

Históricamente ha habido un hilo entre el ser humano y el caballo, hasta el punto de conectar a nuestra estirpe con los dioses a través de los equinos. Los hay de muchas tonalidades, de multitud de tamaños, de estampas preciosas en todo caso. La utilidad y la cercanía del caballo han provocado numerosas intervenciones del hombre, que los ha mezclado, criado y domado en función de los servicios que ha ido prestando a lo largo de la historia.

Prácticamente en todo el globo terráqueo encontramos caballos, siempre adaptados a la climatología, a la orografía, al territorio, a las condiciones de vida, como sucede como el propio ser humano, con la naturaleza en general. La variedad, como acontece habitualmente, es un gusto para los sentidos.

Ha habido, ciertamente, mucha complicidad entre ambas especies. Es como si el abstracto que nos caracteriza nos pudiera dar una opción mayor con los equinos. Así es, y si en algún trance o coyuntura esto se percibe es en el mundo taurino. Es una alianza comprometida, sabia, amatoria incluso, donde el caballo y lo humano se unen para conseguir algo mayor. Seguro que le pueden poner un nombre a ello... o varios.

Juan TOMÁS FRUTOS. 

Más que posible


Puede que sí,
que tengamos sentido,
que vayamos hacia el mar
y nos veamos a nivel,
sin presiones,
prestos a un aprendizaje
de película,
en la que los dos seremos
los auténticos protagonistas.

Puede que hallemos
respuestas y creencias
a lo que nos rodea.

Habrá un mañana
incluso cuando no estemos.
El amor funciona
de la mejor manera posible
cuando estamos en ese rellano
que nos pone
en la presencia y en la premura
más maravillosa.

Habrá un mañana,
y lo sabemos
con valentía y tolerancia,
con criterios, con barcos
sin humos, en azul,
como nos gusta tanto.

Es posible, sí,
puesto que iremos sin tregua
en busca de un trecho nuevo,
reluciente, de los que sanan.

Todo es camino
de verdad y de consideración.
La aventura es infinita
porque creemos en ella,
porque nos afianzamos,
porque nos estiramos,
porque nos hace capaces.

Las sensaciones
que más recordamos,
las más intensas,
son las que tienen que ver
con lo que somos en realidad.

Respiro, te respiro,
y te pienso,
y es entonces cuando todo es
más que posible.


Juan Tomás Frutos.

En la realidad

Nos rodeamos de pacientes dichas que nos conducen por donde todo tiene un poco de más sentido. Nos marchamos para ser.

Hemos agotado los esfuerzos de otras etapas, y hemos sido en la voluntad que es estancia infinita. Nos comunicamos bien.

Los años nos sirven para dar un toque de atención que nos recorre el alma con toda la paciencia del mundo. Nos damos serenidad.

Las virtudes de antaño nos colocan donde las emociones tienen fuerza para amar. Nos decantamos por el buen anhelo.

Nos agradecemos las inspiraciones de años pretéritos con los que vamos a concurrir al futuro. Somos en la realidad que nos hemos preparado.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Nos basta

Nos planteamos el amor.
Decimos que sí.
Hay una oportunidad,
y en esta vida corta
la vamos a aprovechar.

Nos queremos,
y eso para empezar
nos basta.

Juan T.

Más feliz

Me provocas ese cambio que mejora, que me dice que podrá ser. Nos amamos con normas que endulzan el camino.






Nos elevamos en la búsqueda de una emotividad que nos debe dar lo más hermoso. Nos convencemos de una gratitud.




Tendremos que esperar lo que sea menester. Nos abrazamos a las referencias mayúsculas y salimos adelante lo mejor que podemos.


La vida nos brinda ocasiones de paz. Las cosechamos y las mancomunamos para que nadie se quede fuera. Es el intento, al menos.




Hemos recordado lo que fuimos con buenos hechos, y con ellos nos unimos para que todo sea más feliz. Lo es.




Juan TOMÁS FRUTOS.